Capítulo 3: El plan magistral

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¿Dónde estoy? Está muy oscuro, no logro reconocer el ambiente que me rodea. Un ruido se escuchó a lo lejos ¿Acaso la melodía que oigo es la canción que tanto amamos Álex y yo? Esas notas me traen hermosos recuerdos, necesito ir hacia allá ¿Qué está sucediendo? Todo esto se me hace familiar, pero es extraño a la vez.

Diviso una luz entre la oscuridad, lo que hace que luzca casi como algo celestial. Algo en mí me obliga a acercarme. Al llegar me doy cuenta de que aquel destello proviene de una puerta que está abierta. Cuando entro la escena que encuentro es consabida y muy desgarradora.

Ya es de noche y hace mucho frío. La chimenea está encendida y el fuego danza alegremente. En la mesa hay dos platos con deliciosa comida, dos copas de champagne y unas cuantas velas. De pronto lo veo a él.

—Ya despertaste, Sammy —dice con una voz llena de ternura.

—¿Qué está sucediendo? —me atrevo a preguntar.

—Quería decirte una cosa que me está atormentando hace mucho tiempo...

—¿Y qué es? —pronuncio aún más confundida y al escuchar mi respuesta camina hacia mí.

Al estar lo suficientemente cerca, me rodea con sus brazos. Mi nivel de confusión ya no puede ser más alto... pero era reconfortante. Mientras me abraza comienza a hablar suavemente.

—Sam... ¿Sabes que te quiero?

—Sí... yo también te quiero —respondí en un susurro.

No entiendo lo que está pasando, él sabe que es una persona importante para mí y que lo quiero mucho. ¿Por qué me pregunta algo tan obvio?

—Sam... No sé si un te quiero describe lo que siento por ti.

¿Qué? ¿A qué se refiere? Siento que habla en otro idioma, y no sé qué responder. Álex, al ver mi cara de desconcierto, sonríe. Esa sonrisa lo hace ver más atractivo y tierno de lo que es, con su cabello rubio, sus ojos acaramelados y su cuerpo fornido. A veces, para mirarlo a los ojos, debía ponerme de puntitas. Es bastante alto.

—Sam, creo que... te amo.

¿Qué? No podía ser, ¿él me amaba? Y yo... ¿Lo amo? No lo sé, no sé qué se siente amar...

—Álex, yo...

Me interrumpe repentinamente con un beso que fue corto pero lleno de sentimientos.

—Sam, sé que esto es nuevo para nosotros y sé que tú no sabes qué es lo que sientes, pero esperaré, aunque sea una eternidad.

—¿A qué te refieres?

Esto demuestra que soy un asco en relaciones sentimentales, ya que nunca había vivido algo así. Me prepararon para matar, no para sentir. Al parecer Álex cree que le estoy tomando el pelo, pero ya captó que en realidad no entiendo nada de lo que dice.

—Lo que quiero decir es que esperaré a que te enamores de mí, no voy a alejarme de ti a pesar del estilo de vida que llevas —dijo un poco entre risas.


Todo se fue a negro en un segundo. Desperté sobre el escritorio en donde tenía todos mis planes y notas a mi alrededor. Me enderecé lentamente y mi espalda estaba adolorida. Había dormido en una pésima posición. Estuve inmóvil un largo lapso de tiempo...

Aquel sueño me desconcertó. Las imágenes que vi en él eran exactamente igual al último día en que Álex y yo nos encontramos... y uno de nuestros últimos recuerdos felices antes de que yo... lo matara. Lo extraño mucho, y ahora nunca sabré si lo amaba. Ahora odiaba aún más al viejo Harrison. Pagará muy caro por todo lo que me hizo hacer, lo juro. Así que debía continuar con el trabajo

Atrapada en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora