Poemas sueltos que alguna vez escribí... Y otras historias.

Luz, quédate, quédate...

Quédate frente a la luz tenue de mi inconsciente...
Porque aunque mi mente descansa, tu presencia me invade el alma de calma.
Quédate donde muere el olvido, y quédate donde nace el sentido.
No te quedes en la sombra de las penumbras que invocan la soledad...
Sácame de la niebla en que se vio convertida mi realidad.
Olvídate del día en que te quise sacar de mi vida por no saber que hacer con esto que siento por vos.
Es que vos no tenés nada que ver con lo que me pasa...
Pero tenés todo que ver en mí.
Decime como te saco de mi corazón, si ya no puedo siquiera pensar un segundo en dejar de pensar en vos...
Pero pasa que ya no estás, o será que nunca estuviste, y sólo quiero que la luz tenue que sólo tengo de vos en mi inconsciente, aclare mi noche, confundida, porque justamente tu presencia es la que no está... Pero tu recuerdo brilla en mis venas, y tu ausencia apaga mi vida.