Extraño tus besos
que me sabían a menta.
Extraño tu cintura...
Cuando te sostenía
en una dulce locura.
Extraño tus manos,
que eran la palma de mi destino.
Extraño tu boca,
adorado infierno
por el que moriría ahora.
Extraño tus ojos,
la mirada en el espejo de mi alma.
Te extraño toda,
delicada y fiera.
Con la pasión de hoy y el hambre de mañana.
Con el dolor latente, siempre presente...
Te digo mi amor, que te extrañare para siempre.
ESTÁS LEYENDO
Poemas sueltos que alguna vez escribí... Y otras historias.
De TodoPoesías que ordenó mi corazón sacar, para guardarlas en un cajón y leerlas cuando quiera recordar quien era cuando pensaba en vos...