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El ojiazul rueda los ojos ante las memorias reproduciéndose en su cabeza.

Louis se encontraba más apagado que de costumbre, y eso no era bueno.

Años posteriores se encontraba feliz por ver a su familia, por pasar su época favorita del año rodeado de la gente que quería y las cosas que adoraba. Pero después de la última navidad, no había tenido descanso.

Navidad no era la única vez en que veía a sus hermanas, a su madre y a Anne y a Gemma, pero si era la única en donde todas las familias estaban juntas y en donde Louis realmente se sentía completo.

Y si, la navidad posterior a su cumpleaños número veinticuatro había sido algo mierda gracias al estúpido de Harry pero al menos tenia San Valentín y Acción de Gracias y el día del Boxeo y todo eso.

Pero no, ni eso pudo tener para sí mismo. Porque el imbécil de Harry se apareció en todas las celebraciones. Nunca, en su puta vida se había parado en la casa de Louis. Nunca, desde que eran niños.

Y ahora, después de haberle amargado la Navidad, se aparece, durante todo el año. Todas las cenas y maratones de películas terminaron siendo entre Anne, Johannah, las gemelas, Lottie, Felicitie, Niall, Gemma, Louis y el tarado aquel.

Por lo menos en la fiesta de navidad, Louis tenía mil personas en las cuales escabullirse e ignorar a Harry pero, ¿Qué hacía cuando eran solo sus hermanas, Gemma, Anne y Niall? No tenía a donde correr.

Louis quería arrancarse las pestañas y morderse un testículo, en serio. Sabía que el infeliz se iba a aparecer en la cena del 24 de Diciembre, además de la fiesta de Navidad, y esa era la razón por la cual el ojiazul se sentía tan amargado.

Sabía que no podría pasársela bien si Harry iba; y no era especulación, lo sabía. Porque cada celebración en la que se lo topo terminó en discusión.

Y aunque casi siempre peleaban, se trataba más de miradas y gestos, más que de discusiones;

Porque Harry parecía tener la suficiente inteligencia como para notar que Louis no quería seguir las cosas por respeto a los presentes.

Pero bueno, Louis ya era grandecito. Debía aprender a tolerarlo y disfrutar a su familia, no permitir que el simio aquel le arruinase su momento especial.

Así que, con este pensamiento, Louis recargó su frente sobre el frio cristal de la ventana del tren, dispuesto a dormir un poco.

* * *

Cuando el taxi por fin le dejo frente a su casa, tardó unos cinco minutos en entrar, decidiendo en cómo sería la mejor forma de evadir a Harry.

Abrió la puerta aprovechando un golpe de confianza, listo para gritar que ya estaba en casa.

Claro que nada de lo que tenía planeado pudo llevarse a cabo, porque sus hermanas lo taclearon contra el suelo, como todos los años.

''Mamá, ¡se metieron más pejelagartos!'' gritó dramáticamente, siendo acallado por la tormenta de cosquillas que comenzó a atacarle el cuerpo.

''Basta, ¡basta! ¡Me voy a tirar un pedo, no me agiten mucho!'' pidió, logrando asquear a las más pequeñas y librándose de ellas dos.

''Conmigo eso no funciona'' habló Lottie, aun haciéndole cosquillas junto con Fizzie.

''Tendré que improvisar entonces'' se encogió de hombros Louis, eructando levemente cerca del rostro de su hermana. Lottie frunció la nariz, rápidamente alejándose.

''¡Eres un cerdo, Louis!'' gritó, huyendo despavorida hacia la cocina.

Louis rio, poniéndose de pie y cargando a Felicitie sobre su hombro. ''Serás mi prisionera de guerra, ya que fuiste la única que sobrevivió a la masacre.''

the boy who hated christmas and the other boy who loved him / l.s christmas OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora