#03

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La chica rubia sonrió y volvió a atragantarse con la boca de Ji Yong. Éste intentaba concentrarse todo lo posible para seguir con las caricias y por fin tener el tan anhelado sexo.

—Vamos, toca mis pechos. —la chica tomó las manos de Ji Yong y las posicionó justo en sus bien delineados, operados y desnudos senos.

—Sí... —Ji Yong intentó sonreír y de nuevo apretó los ojos, concentrándose en el acto. Buscando la excitación, alguna señal de Dios para que le hiciera continuar.

Pero de nuevo, no fue capaz.

Los recuerdos de Seung Hyun atormentaban la cabeza del menor; sus manos recorriéndole sus caderas y cintura, sus labios acariciando los suyos y pasando por su cuello dejando suaves marcas, sus ojos, observándole apasionadamente, y esa voz... su exquisita voz. Aquellos gemidos graves eran como música para sus oídos.

—¡Hey! ¿Me escuchas? —la chica lo despertó de sus fantasías, algo molesta.

—Eh, sí. —El menor sonrió hipócritamente— Claro, cariño.

—Olvídalo, no escuchaste ni una palabra. —la rubia se levantó, se puso su sostén, su camisa y, sin más, abandonó al pelinegro en aquella habitación costosa del motel.

Otra vez un polvo echado a perder. Otra vez una chica es desperdiciada por su falta de excitación. Otra vez no tiene sexo.

—Eres un maldito... —susurró Ji Yong, dejándose caer en la ancha cama. Podía escuchar las risas malévolas de Seung Hyun, burlándose porque por culpa suya el chico no podía excitarse con otras personas para tener sexo.

Ya habían pasado cinco meses desde aquella fuerte discusión, y Kwon Ji Yong no podía olvidarse de la presencia del mayor.

"...Para mí estás muerto."

Jamás creyó que Seung Hyun hablara tan en serio. Solían tener discusiones siempre, pero en menos de veinticuatro horas ambos lo arreglaban con una buena dosis de sexo.
Sin embargo, al día siguiente de aquella pelea, el mayor no se presentó en la compañía. Ni el siguiente. Ni los otros próximos.

Pronto se enteró por parte de sus compañeros que Seung Hyun había aceptado un papel en una película, y que por eso iba a estar demasiado ocupado los siguientes días, incluso meses.

Cada fin de semana Ji Yong recurría a su departamento a las afueras de la ciudad, excusándose a sí mismo diciendo que iba allí para despejarse del estrés, cuando realmente iba con la esperanza de encontrar al mayor. Pero nunca estaba allí.

Ni en la empresa ni en algún otro lugar al que Ji Yong recurriera. Parecía como si Seung Hyun hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

—¿Te encuentras bien, hyung? —Daesung se le acercó cuidadosamente. Al parecer los rumores de que el líder estaba en depresión eran ciertos.

—Eh, sí... —Ji Yong se enderezó, mostrándole una sonrisa falsa— ¿Por qué lo dices, Dae?

—Bueno, has estado intentando escribir una canción desde hace tres horas, y sólo llevas una quinta parte de ella.

—Oh. —fue lo único que Ji Yong pudo decir al notar que, en efecto, tenía un lápiz en la mano y una hoja medio arrugada en frente suyo. — Debo estar cansado, ayer dormí hasta muy tarde.

—¿Estás seguro, hyung? —Dae lo observó dubitativo.

—Sí, ¿crees que te estoy mintiendo? —Ji Yong le miró ferozmente, intimidando al pobre chico.

You Hate It, But You Love It (GTOP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora