Dos amigos, no de siempre, pero tenían suficiente tiempo juntos como para conocerse muy bien.
-Necesitamos hablar.- le dice a la sonriente chica mientras la toma del brazo y la saca del salón, caminan hasta un lugar apartado de las pocas personas que quedaban en el lugar y se sentaron en un banco.
-¿Que pasa? ¿Que es tan importante como para que me saques de el salón así?- pregunto ella un poco molesta por lo que su amigo había hecho.
-Tengo algo importante que decirte.- se incorporó en el asiento. -Yo... Bueno... Tu... Yo creó que... Yo pienso que quiero...- tartamudeaba, pero fue interrumpido por la chica. La cual, estaba un poco preocupada, pero también molesta.
-¿Que pasa? Dilo con calma. Somos amigos, la mayor confianza entre nosotros.- dijo ella mientras le sonreía al chico, quien la veía con una cara de terror.
-Esta bien, lo que quiero decir es que... tu me gustas y yo quería saber si tu- fue interrumpido por la chica de piel blanca.
-Yo... Yo... Lo lamento, pero, tu a mi no me gustas.- le dijo ella mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Ella sabia lo que se sentía ser rechazado, pero ella no podía hacer nada al respecto, ella lo quería como un hermano, nada más. -Yo... Yo te quiero como un hermano, te cuido como un hermano pequeño...- le dijo.
El chico se quedo impactado, el no sabia que ella lo consideraba un hermano pequeño, "soy 1 año mayor que tu" pensó.
-¿Que debo hacer para que me quieras?- pregunto serio.
Ambos, sin decírselo el uno al otro, recordaron aquella vez cuando, la chica de cabellos oscuros le dijo a su amigo lo que ella quería.
*Flashback*
-Las personas maduras van conmigo ¿sabes? Tuve que madurar antes de tiempo, mi madre falleció, mi padre era muy inmaduro, yo tengo 2 hermanos, tenía que ayudarlos, sino ¿como íbamos a vivir? No viví mi adolescencia, no fui un adolescente normal. Esas situaciones son muy difíciles de entender. ¿Sabes? Tener 14 años y ser maduro tiene su precio, y hay que pagar, tarde o temprano, la vida te los cobra.-
-¿Pero que te cobra?- preguntó su amigo con curiosidad.
La chica suspiró, dejo de acomodar los libros y lo miró: -cuando crezcas vas a entender.-
-Ya tienes 22, tal vez nadie te cobre nada...- le dijo a la chica. Esta volteo y lo miro mal.
El chico no hablo más, conocía muy bien lo que su amiga había y estaba pasando. Si se ponía a preguntarle solo lograría que se molestara, así que no hablo más.
Ella prosiguió: -Entonces, no solo quiero casarme con una persona madura, sino, una persona que sepa escuchar, una persona que sepa entender. Una persona que sea considerada y que su manera de hablar, su forma de expresarse me cautive.- dijo mientras limpiaba las repisas del estante de los libros. -Quiero una persona que de verdad me ame, y que sea capaz de dejar todo por mi. Que sea capaz de entregar su vida por mi.- hizo una pausa. Miró el techo marrón oscuro de su casa y suspiró. -Me casaría con una persona así.- dijo para finalizar.
*Fin flasback*
-Yo seré todo eso. Llegare a ser esa persona que sueñas.- dijo mientras la miraba a los ojos. Ella se impresionó, el estaba pensando lo mismo que ella.
-No puedes. No es así como así. Además, ya te dije que te quiero como un hermano menor.- le dijo ella cortante.
El chico siguió insistiendo. Ella solo se negaba rotundamente, pero el seguía.
***
Ya pasados 15 minutos, el chico no se callaba.
-Te dije que no puedes hacer eso.- le dijo la chica, se levantó del asiento y comenzó a caminar hacia la salida.
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17:47 (One Shot)
Historical Fiction"...ahora es que me doy cuenta de que lo amo demasiado y lo necesito, sus loqueras, sus mensajes, sus palabras inmaduras... Estoy pagando el precio de ser maduro. Pero, a veces la madurez se nos pasa, y, así como pensar mucho hace daño, pues la madu...