Capítulo 14

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Capítulo 14

BYRON (P.D.V)

Realmente me preguntaba si Kathia se pensaba que yo era tonto, si tenía un retraso mental o algo... ¿quién se iba a creer la gran trola que me acababa de contar?

Me quedé mirándola fijamente y ella me devolvió la mirada, lo que vi en sus ojos fue ¿inseguridad? ¿miedo?, ¿Qué coño le había pasado anoche a la Kathia que me ponía de los nervios con sus comentarios?

- ¿Kathia? -Preguntó Mel acercándose a nosotros, interrumpiendo el duelo de miradas que inconscientemente habíamos estado manteniendo.

- ¿Qué pasa? -Preguntó ella desviando la mirada de mis ojos.

- Quiero hablar contigo.

Mel me miró y luego volvió a mirarla a ella. Mel claramente seguía enfadada conmigo, ¡y como para no estarlo! la había tratado como una mierda, acusándola de pasar de su amiga cuando ella estaba mal, acusándola de ocultarle cosas a Sean... pero bueno, lo último era verdad, le estaba ocultando cosas.

- Después hablamos -Dije, luego me alejé.

¿Quedarme a escuchar? era una opción bastante tentadora, pero ellas tenían derecho a su intimidad, y lo que me había dicho Mel esta mañana era verdad. Yo no era nadie para entrometerme así en los asuntos de esas chicas... ¿quién coño me creía yo? vale que Sean también lo estuviese haciendo, pero él tenía motivos, él era su novio... y yo... yo en cambio solamente era un tío que en cualquier momento terminaría tirándose de los pelos con Kathia.

Entré de nuevo a la cafetería, mucha gente se volvió para mirarme.

No soportaba que hiciesen eso... ¿acaso era famoso? ¿Acaso eran paparazzi? ¿Acaso iban a ganar dinero al saber lo que hago cada dos minutos?

No, si es que dentro de poco van a entrar conmigo al baño para saber si meo o cago -Pensé irritado.

Me senté en la mesa de nuevo con mis amigos y el nuevo chico llamado Jev. Era raro.

- ¿Has hablado con ella? -Preguntó Sean a mi lado.

- Después hablamos -Dije dándole una mirada significativa, él lo entendió y asintió.

Notaba al nuevo chico mirándome, por lo que clavé mi mirada en él. Tenía algo raro, ¿el qué? no sabría decirlo, pero me miraba, mejor dicho, nos miraba a todos como si nos hiciese un escáner.

- ¿De dónde eres? -Pregunté entablando conversación con él. Aunque lo que realmente quería saber era por qué conocía a Kathia.

- Vivía en Frankfurt -Respondió.

Si, tenía un leve acento alemán, pero no mucho.

- ¿Cómo es que conoces a Kathia? -Pregunté, él levantó una ceja y sonrió.

- Vamos juntos a las mismas clases, aunque claro, ella no había reparado en mí hasta hoy que hablé con ella.

- Sí, parece que en clase solamente se centra en lo que habla el profesor -Sonreí.

- Y bueno... ¿dónde vives ahora? -Preguntó Sean a Jev.

- Me estoy quedando en la residencia de chicos -Respondió.

KATHIA (P.D.V)

Nos miramos fijamente, yo sabía lo que Mel me quería preguntar, pero no sabía cómo responderle... veía en su mirada que estaba asustada, ¿pero yo que podía hacer? sabía que ella era mi mejor amiga, que yo era para ella, al igual que ella era para mí la hermana que nunca habíamos tenido, por eso ella me había seguido hasta aquí, hasta Estados Unidos... a miles de kilómetros de Italia, separándose de su familia cuando ella no corría ningún peligro.

- ¿Qué pasó anoche? -Preguntó agarrándome la mano y mirándome fijamente. Temerosa.

- No pasó nada -Dije mintiéndole con una sonrisa. Pero no sirvió de nada, Mel me conocía como la palma de su mano y sabía cuándo mentía y cuando no. Además, que seguramente Byron le había contado.

- Kathia, no me mientas -Dijo seriamente- por favor, confía en mí.

- Mel, confío en ti, eres la única persona en la que confío y lo sabes... ¿por qué crees que es necesario que me tengas que decir eso?

- No sé por qué tengo que decírtelo. Últimamente te has separado de mí, me ocultas cosas... ¡¿por qué?! He estado siempre a tu lado, apoyándote, conozco todos tus secretos al igual que tú conoces todos los míos, necesito saber que pasó anoche porque sé que aunque con ese tema nunca podré ayudarte jamás, al menos necesito sentir que puedo consolarte.

Miré al suelo. Mel tenía razón. Ella jamás podría ayudarme con ese tema y las dos lo sabíamos.

La agarré de la mano y tiré de ella, la llevé fuera al aparcamiento.

- Sabes que Edoardo siempre ha sido un gran hacker -Dije, ella asintió- pues parece que me ha encontrado, pero eso era algo que yo nunca dudaría que ocurriría, mi hermano es el mayor hacker de la historia aunque nadie sepa de su existencia... es... es el mejor en su trabajo y podría encontrar a cualquier persona y más si esa persona es de su familia y es su hermana. Cuando huimos, yo sabía que mi hermano tarde o temprano daría con mi paradero... antes de cambiar de número de teléfono, recibí un mensaje en el que me decían: "Corre y no mires atrás, intentaremos protegerte todo lo posible, aunque sabes que al final, te encontrarán". Sabía que era de Edoardo.

- ¿Por qué nunca me dijiste nada? -Preguntó Mel mirándome tristemente.

- Porque quería que tú también vivieses una vida normal durante un tiempo, tu y yo desde que hemos sido pequeñas hemos crecido con una gran presión en nosotras, es algo normal en nuestra familia... y quería que tú también tuvieses tu año para vivir felizmente... y lo has hecho, has encontrado a Sean y estás enamorada de él, al igual que él de ti... son felices y tu podrás seguir siéndolo por todo el tiempo que quieras, tú no tienes por qué volver atrás -Susurré.

- ¿Cómo que no tengo que volver atrás? te recuerdo que en Italia también está toda mi familia, una familia que no sabe nada de mi desde hace más de un año y no saben nada de mi porque me vine aquí contigo, porque tú también eres de mi familia y te necesitaba conmigo... si tu vuelves atrás, yo volveré contigo -Aseguró.

- No -Aseguré- tu no volverás atrás conmigo, tú te quedarás aquí y vivirás con Sean y cuando quieras podrás volver a casa, pero no será conmigo... yo no sobreviviré a esto y estoy feliz porque desde el día de mi nacimiento he estado preparándome para mi futuro y he podido ser libre durante un año. Con eso soy feliz Mel, porque lo he sido con mi mejor amiga, no me importa lo que pase a partir de ahora... he sido feliz. Sabes que no le tengo miedo a la muertey cuando llegue mi momento, me iré sin ningún arrepentimiento.

Me abrazó llorando desconsoladamente.

- ¿Para eso te llamó Edoardo? ¿Para avisarte? -Preguntó entre hipidos.

- Me llamó para decirme que ha llegado mi hora -Dije con una pequeña sonrisa.

Yo no tenía miedo a la muerte ya que yo misma había llevado a muchos a ella... pero lo único que me asustaba de todo esto, era que mi propia familia era la que me llevaría a ella. Pero eso era lo más lógico cuando te conviertes en una paria.

Si te convertías en una paria dentro de la familia más importante del mundo, significaba tu muerte.

Rompiendo las reglas #1 *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora