Miré a mi alrededor, y todo se encontraba solitario. Eran las 2:15 a.m. y todo el lugar se encontraba alumbrado por las farolas.
Caminé lentamente, con mis manos en los bolsillos y el rostro totalmente cubierto por mi cabello, gafas y bozal.
De pronto vuelvo a ver a mi alrededor y todo el lugar se encuentra lleno de neblina. Miré hacia enfrente y no podía ver nada, todo estaba completamente tupido de neblina. En ese momento siento mi cuerpo cada vez más ligero, mis ojos comienzan a cerrarse, hasta que caigo al suelo inconsciente.
*
-¿Estás bien? -escuché a lo lejos. -Amor, ¿estás bien?
Abrí los ojos, y ya no estaba en la calle.
-Ya despertó. -gritó. -Cariño, ven, Tobias despertó.
Miré a la persona que estaba a lado de mi y pude ver que era... ¿mi madre?
-¿Mamá? -pregunté confundido.
Pasaron minutos para identificar que me encontraba recostado en una camilla de un hospital.
-Tuvimos un accidente, ¿lo recuerdas?
-¿Y cómo estás? ¿cómo está mi hermana?
-Ella se encuentra bien, ya despertó. -contestó con una sonrisa.
No entendía qué estaba sucediendo, pero todo era sumamente extraño.
-¿Cómo? -dije confundido. -¿Sobrevivió?
Mi madre afirmó.
-No puede ser. -dije en un susurro.
-Lo sé. Dices los médicos que es un milagro.
De pronto mi padre entra a la habitación.
-Hijo, ¿te encuentras bien?
-Sí. -contesté.
-Que bueno. -dijo, y después tomó mi mano. -Tú hermana también se pondrá bien. -dijo.con una sonrisa.
Hasta este punto todo era extraño, pero al ver a mi padre así se volvió algo perturbador.
-Cariño, nuestra hija quiere verte. -le dijo a mi madre.
-Sí, iré a su habitación. Quédate con Tobias.
-Claro, Cariño.
¿Mi padre siendo amable?. Probablemte sea por el accidente, pero no se comportaría tan extraño ni siquiera por situaciones así. Algo andaba mal.
-¿Te encuentras bien? -le pregunté.
Mi padre me miró confundido.
-¿Por qué lo dices? -dijo sin borrar su sonrisa. -Yo debería de preguntarte eso.
Tras decir eso último me dió un beso en la frente.
-Estoy como nunca. -dijo finalmente...
