Capítulo 17: Bajo Luces y Estrellas

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—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Alex confundida—. Creí que iríamos a ver los fuegos artificiales.

—Eso haremos —respondí antes de girar el volante y estacionar el automóvil cerca de mi guarida secreta: El deteriorado parquecito.

—Pero... Este no es el parque central.

—Yo nunca dije que iríamos a verlos al parque central —mencioné para luego guiñar el ojo y salir del vehículo, ella no dudó en hacer lo mismo.

—Dany... Me estas preocupando. No estarás pensando en secuestrarme o algo así, ¿verdad?

—¡Ves! Es por esto que siempre terminamos envueltos en situaciones incomodas —dije riéndome—, deberías aprender a guardarte ese tipo de comentarios para ti sola.

—Está bien, está bien... ¿A dónde se supone que vamos entonces?

—Es una sorpresa.

Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la cajuela del auto, en el interior se encontraba una canasta de picnic y una manta blanca. Cogí ambos objetos e inicié a caminar hacia el parque.

—¿Qué es eso? —preguntó Alex, al parecer no comprendía que no respondería a ninguna de sus preguntas.

—Cosas...

—¿Haremos un picnic?... ¿De noche?

—No lo sé...

—¿Aquí? Es cierto que es tu lugar favorito, pero no lo veo muy espacioso como para hacer un picnic.

—Puedes detenerme esto un rato —hablé sin darle importancia a su comentario.

Le hice entrega de las cosas y comencé a subir por las ramas que colgaban de la pared del campo de fútbol.

—¿A dónde vas? ¿Piensas entrar a la preparatoria?... ¿A estas horas?

Sus constantes preguntas comenzaban a colmar mi paciencia.

—¡Tu turno! —grité desde arriba.

—¿Quieres que suba ahí?

Asentí con la cabeza. Alex me hizo entrega de las cosas y luego comenzó a escalar la pared.

—¿Estás seguro de lo que haces? Creo que esto es ilegal, incluso podríamos ir a la cárcel.

—Vamos... No estamos haciendo algo malo —dije riendo mientras le tendía la mano para ayudarla a subir.

—¿Cómo qué no? Estamos invadiendo propiedad privada, ¿sabes qué es eso?

Rodé los ojos e inicié a descender por el graderío con dirección hacia el área verde.

—¿A dónde vas?... ¡No me dejes aquí sola! —gritó para después seguirme el paso—. Dany... ¿Qué pasará si alguien se entera? ¿Y si el guardia nos ve?

—Estás muy comunicativa hoy... —mencione entre risas.

—¡¿Cómo no quieres que lo esté?! Primero me traes a un lugar peligroso por la noche, luego invadimos propiedad privada. ¿Quién sabe que se te pueda ocurrir ahora?

No pude evitar soltar una carcajada.

—Así que la gran Alexandra Williams tiene miedo.

—¡Claro que lo tengo! Pasaremos castigados todo el año, o lo que es peor... ¡Nos expulsarán!

—Alex... Nadie sabrá que estuvimos aquí —dije en un suspiro y, como si de una mala broma se tratara, un fuerte golpe se escuchó sonar cerca de los basureros.

Inmaduro Amor Ocasional (CORREGIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora