Sentimientos I

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- ¿Y que se supone que debemos hacer? - pregunta el castaño.

- Bueno, lo que hacen todas las parejas ¿no te parece? - responde el moreno.

- Yo ... la verdad jamás he tenido una pareja - comenta avergonzado.

- No mientas Stiles - la sonrisa volvía a él.

- No miento Derek, yo jamás he tenido a alguien ... de ese modo.

- ¿Y qué me dices de Malia? - su sonrisa paro de golpe y se detuvo a observarlo detenidamente esperando su respuesta.

- ¿Qué hay de qué?

- Eran muy unidos.

- Lo éramos, éramos buenos amigos - dice despreocupado.

- Si bueno, eso no parecía cuando estaban en la cama - contesta mientras se levanta de la cama y toma su chaqueta dispuesto a salir de la habitación.

- Me torturaba haciéndome cosquillas, crees que era divertido - se levanta igualmente que el moreno.

- Parecía gustarte mucho - dice con tono amargo.

- Claro que no, además ¿a qué va Malia en todo esto?

- Nada, solo olvídalo ¿quieres? - sin más sale cerrando la puerta fuertemente.

- ¿Pero que rayos le pasa ahora? - dice el castaño desconcertado mientras miraba la puerta cerrada.

Esa tarde el castaño se la paso organizando la habitación que compartía con el moreno, el cual no había regresado desde su rara discusión, acomodo y tendió las camas, incluso levanto la ropa que usualmente tiraba al suelo cada vez que llegaba dejando todo impecable.

Su padre llegaría el día siguiente y estaba completamente nervioso por eso, no sabía que hacer o cómo comportarse en cuanto lo tuviera delante, le agradecía a su mejor amigo que lo cubriera, sin embargo no podía evitar sentir extrañes el tener que decirle cosas de pareja a su amigo, más aun sabiendo que no era gay, el castaño era bisexual por lo que no le importaba en lo más mínimo si le preguntaban sobre sus gustos por los hombres, pero su amigo era heterosexual y sabía que le incomodaría su cercanía.

Pensaba mejor en decir la verdad y ahorrarse los problemas que acarrearía esa insignificante mentira, pero siempre venía a su mente la voz de su padre diciéndole que quería verlo feliz, estable y contento con una pareja, que deseaba que su madre pudiera ver en el hombre que se había convertido y lo orgullosa que estaría el verlo en la universidad forjándose un futuro, pero esa tarde de estupidez se le ocurrió decirle a su padre durante una llamada telefónica que había encontrado al amor de su vida, la persona con la cual compartía sus más grandes secretos, la que amaba más que a nadie en el mundo, su padre se alegró y decidió conocer a esa persona especial, aun sin saber que hacer o cómo reaccionar este solo acepto alegremente, cuando colgó la llamada solo podía pensar en el error que había cometido, que haría ahora.

De todas las cosas que el moreno hubiera deseado, el ser el novio falso de su mejor amigo jamás paso por su mente, aun no sabía por qué había propuesto ser el, el que lo hiciera, su impulso pudo más que su cerebro, él no era gay, más sin embargo no le importaba el poder ayudar a su amigo, porque eso era lo que hacía, ayudar a su mejor amigo a salir de un apuro.

Caminaba por el parque de esa noche, todo estaba en completa calma, mientras regresaba a la universidad no dejaba de pensar en lo que le esperaría mañana, ¿cómo iba a reacción el padre de Stiles?, los nervios lo recorrían por completo a cada paso que daba, había cientos de cosas que no les veía ni el más mínimo sentido, como el hacer ejercicio sino tenían una dieta que la complementara, eso lo veía a diario en el entrenamiento de basquetbol, jóvenes con fuerza y músculos debido a las horas de entrenamiento y ejercicio que tenían, pero en sus horas libres jóvenes como cualquier otros, comiendo chatarra y media sin preocupación a las calorías que eso les produjese.

Y había muchas otras cosas más que no tenían sentido para él, pero a la que más no le encontraba sentido era, ¿por qué se sentía atraído hacia el chico debilucho, parlanchín, poco social y nerd de su mejor amigo?, el que había conocido hace años cuando entro a la universidad y el primero en presentarse fue el con su sonrisa enorme, sus ojos castaños brillosos, su piel pálida y repleta de una infinidad de lunares que podría memorizar sin saberlo, con el que pasaba horas hablando sobre cualquier tema que ese chico sacaba a flote conforme el tiempo pasaba ya que jamás tenía un límite, no entendía que era lo que le pasaba cada vez que lo tenía en frente, era muy extraño lo que le pasaba más sin embargo le agradaba la sensación de paz que le transmitía.

Al estar frente a la puerta de su habitación toco la perilla entre sus manos, suspiro hondo y la giro, entrando enseguida mientras lo observaba guardar unos libros en la repisa de su escritorio.

- Pensé que no vendrías, que te habías arrepentido de ayudarme y no te culpo, debe ser difícil el fingir algo que no eres - mientras baja la mirada.

- Jamás me arrepentiría - se acerca y lo abraza - Somos los mejores amigos no- el castaño asiente mientras corresponde el abrazo - Eso jamás va a cambiar, te apoyare en lo que sea y lo sabes.

El castaño se aparta y le sonríe provocando que el moreno se paralizara, eso era algo que no podía evitar, esa sensación de alegría al verlo sonreír, no podía describirlo.

- Gracias Derek, eres un excelente amigo - con esa sonrisa se apartó aún más de su lado y se dirigió a la cama - Tendí tu cama pero creo que lo hice en mal hora, los nervios supongo.

- No hay problema - dice serió.

- Bien, buenas noches Derek, hasta mañana - apaga la luz de su cómoda y se arropa para dormir.

- Buenas noches Stiles, hasta mañana - se sienta en su cama y lo observa de espaldas, amigos, eso eran, los mejores amigos y él lo sabía, tal vez por eso se negaba a aceptar que le gustaba su mejor amigo.

My friend, my fake boyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora