Sentimientos II

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Pasaba por los pasillos mirando el piso, como si en el encontrara la respuesta a todos sus problemas, como si quisiera que este le dijera que hacer en ese momento, que decir, pensaba y pensaba y no sabía cómo actuar ahora, cuando era pequeño nunca tuvo ese problema, conocía muchas chicas, todas muy bonitas, en especial Pegie, la niña más bonita de su clase según él, aun así jamás se preocupó por como reaccionaria la chica ante su gran confesión.

Ese día se había puesto su mejor vestimenta, una camisa color blanca con una camisa a cuadros azul encima, pantalón de mezclilla y zapatos negros boleados, el niño más perfecto de aquel día, caminaba con una sonrisa enorme en su rostro mientas sostenía en su pequeña mano un ramo de 12 flores rojas y en la otra una caja de chocolates en forma de corazón, la pequeña se encontraba sentada en una banca de la escuela mientras comía su almuerzo, se acercó y carraspeo.

La chica dejo su comida en la lonchera de Barbie que traía para ponerle atención al pequeño.

Las palabras habían fluido tan fácilmente, todo parecía tan fácil en aquel entonces, ¿entonces porque ahora era todo lo contrario? ¿Porque parecía que estuviera viviendo ese mismo día de nuevo pero 100 veces peor?, simplemente no entendía que efecto tenía el castaño en él, se conocían de hacía mucho tiempo, habían convivido en diversos grupos, salían a fiestas y hacían sus deberes de cuarto juntos, ¿porque no dejaba de pensar en él?

- ¿Te encuentras bien? - pregunta el castaño mientras lo observa curioso.

Este levanto la mirada y lo observo detenidamente, cada facción de su rostro, cada palabra que mencionaba de sus labios rosas, era como si una corriente eléctrica lo recorriera por completo, entonces lo comprendió, se estaba enamorando de aquel chico, de su mejor amigo, con el que había peleado tantas veces por chicas, el que ahora lo miraba esperando una respuesta mientras su padre esperaba más adelante.

- Estoy bien - responde.

- ¿Seguro? – pregunta - Es que te noto algo distraído mientras caminabas y pensé que chocarías contra una pared por mirar siempre hacía el suelo.

- Estoy bien Stiles - lo ignora y pasa a un lado molesto - Solo terminemos con esto.

El castaño solo lo mira cómo se aleja de él, se notaba molesto, pero no sabía porque.

- ¿Pero que hice ahora? - pregunta más para si el castaño.

Tras llegar ambos con su padre comenzaron a dar un recorrido por toda la escuela, era enorme y cientos de alumnos caminaban por los largos pasillos, en el patio yacían algunos sentados mientras miraban algo en su laptop o celular, charlando con alguien y jugueteando por ahí, todo fluía tan natural, como si siempre hubieran hecho eso, hablando sobre cada experiencia vivida en los años de estadía, en lo que solían hacer cuando eran pequeños y en las travesuras en las que se metían, las sonrisas, las alegrías compartidas de aquel día eran ejemplares, todo era perfecto hasta que llego la noche.

- Bueno Derek, me dio mucho gusto el haberte conocido y saber que en verdad eres buen partido para mi hijo, solo cuídalo mucho por favor, es lo más importante para mí y su bienestar es primordial - menciona el padre del menor mientras mete sus manos en su abrigo por la fría noche de aquel día.

- Claro que sí señor, lo cuidare, para mí también es lo más importante - menciona sin mirar al menor y sin dificultad.

El castaño no puede evitar mirarlo, como podía decir todas esas cosas sin siquiera ponerse nervioso por mentirle a un oficial de policía, a su padre, más aun como logro engañarlo tan fácil.

- Confió en ti - menciona por ultimo - Me da gusto ver que estas bien hijo - sonriéndole.

- Me dio gusto que vinieras papá - se acerca y lo abraza fuertemente, de verdad lo había extrañado demasiado y el tener que despedirse de nuevo de él era terrible.

My friend, my fake boyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora