ASUNTOS PENDIENTES ▬ Fairy Tail

09:00

Las luces se encendieron.

Natsu despertó.

Como todos los días, permaneció un rato con los ojos cerrados antes de levantarse.

"Que todo sea sólo una pesadilla, por favor."

Pero sintió la incómoda silla bajo él, el frío de la habitación y una sensación en el aire muy familiar.

Desesperación.

Lentamente abrió los ojos y reconoció el lugar en donde estaba.
Otra vez, como siempre, un nudo se formó en su estómago.

"¿Por qué a ella?"

Su primer pensamiento de la mañana. Su único pensamiento en todo el día.
No soportaba verla en una cama de hospital. Él sabía que Lucy se moría.

Natsu nunca entendió muy bien la mayoría de las cosas, pero estaba seguro de algo.

No quería perder a nadie más.

Miró el reloj sobre la pared.
07:00.

La misma rutina de siempre: levantarse, hablar con el médico, acompañar a Lucy, cuidar de Lucy, estar con Lucy...

Llorar por la noche.

Salió de la habitación directamente, sin mirarla. No le gustaba verla dormir. Parecía tan lejana, tan ida, tan vacía...

Sin vida.

"Deja de pensar así, Natsu. A Lucy no le gusta."

Sabía que a la rubia le molestaba que fuera sobre protector con ella. Que la presionara para tomar sus medicamentos o para seguir el tratamiento. Que no pudiera mirarla a la cara.

Que le lastimara hablar con ella... Oír su voz raspada y forzada, debido a su dolor en la garganta.

Natsu lo sabía...
Era un maldito egoísta.

Pero... ¡Estaba intentando salvar su vida! Siempre había sido así. No de la manera que él hubiera deseado... No de una forma en la que él pudiera ayudar de verdad.

No le gustaba la idea de que ella luchara sola.

Sobre todo pensando que... No pudo luchar aquella vez.

Y como se fue sin siquiera mirar de reojo la cama, no se dio cuenta de que, en realidad, estaba vacía.

(...)

—El médico te atenderá en unos minutos, Natsu —le dijo una amable secretaria detrás del escritorio. Él aceptó con la cabeza y se dio media vuelta.

Se había ganado el cariño de varios enfermeros y empleados del hospital. Le tenían lástima. Había oído que consideraban su situación una "tragedia romántica".

"Qué pena que quede viudo de tan joven." escuchó una vez.

Pero a Natsu no le importaba. Ya no.
Los consideraba simples rumores, inventados cuando tenían demasiado tiempo libre.

Se sentó en la sala de espera, en su silla de siempre: al frente de la puerta del doctor.

Le gustaba ese lugar.
Así el médico no tenía tiempo de cambiar su expresión cuando abre la puerta. Se enfrentaba a él, directamente, y ya estaba preparado para lo que debía enfrentarse.

Con el tiempo, Natsu aprendió a llamarle a aquel sector "sala de espera", y entendió por qué. Mucha gente le decía que pensara positivo, que las cosas iban a mejorar, que era cuestión de actitud... Y al principió lo intentó. Pero ver esa mirada silenciosa, esa mirada compasiva... Sabía que las noticias no eran buenas. Así, Natsu aprendió el verdadero significado de la "sala de espera".