Capitulo 28

1.9K 112 12
                                    

Narra Cristina

He hecho lo mejor, esto es lo mejor para todos. Me repito una y otra vez para hacerme creer que lo que he hecho es una buena idea y que no he hecho una gilipollez.

Bajo del avión que acaba de aterrizar y me dirijo a coger la pequeña mochila que traía conmigo.

Moscú me espera. Eneritz me espera. Una nueva vida me espera.

Porque estoy en Moscú? He conseguido contactar con Eneritz. Está aquí, sana y salva.

Se supone que me está esperando en el aeropuerto, o eso me ha dicho.

En todo este tiempo ha estado viviendo aquí. Por lo poco que me ha dicho por teléfono, no volvió a Bilbao. Sus padres la toman por muerta, como los míos a mí. La verdad no me importa y creo que a ella tampoco. Aunque hayamos crecido entre dinero, ninguna ha tenido una vida fácil. Mis padres nunca me han hecho caso y era una niña obesa con la que todo el mundo se metía, cuando murió mi hermana, no podía con mi vida asique empecé a beber cada día, con la mejor compañera, Eneritz.

Pero un día mis padres se dieron cuenta de cómo estaba y se empezaron a "preocupar". Es decir, no me dejaban salir a ningún lado.

La infancia de Eneritz, fue también bastante dura. Sus padres la menospreciaban, no la hacían caso o la insultaban.

En fin puede ser que el dinero en algunos caso de la felicidad, pero hay en algunos que con solo el cariño de tu familia te vale.

Cojo mi mochila. Me tendré que comprar más ropa, no tengo nada.

Voy hacia la puerta de salida. Su puta vida, joder que frio hace aquí! Vuelvo otra vez a entrar dentro del aeropuerto. A lo lejos veo como una limusina rosa se acerca hacia la puerta. El conductor sale de su asiento de piloto y va a abrir una puerta más alejada que la anterior. De ella sale un cabello rizado. Sus rizos. Sus putos rizos!.

-Eneriiiitz!-le grito. Está levanta la cabeza y me mira, las dos vamos hacia la otra, corriendo, como las energúmenas que somos. Nos abrazamos, con uno de esos abrazos que no quieres que se termine nunca, porque es perfecto.

-Te echaba de menos.-susurra en mi oído.-Pensaba que no te volvería a ver.

-Eneritz-digo terminando nuestro perfecto abrazo-sabes que e quiero un montón. Pero podríamos ir a un sitio más calentito? Estoy helada.

-Oh, claro, vamos al coche.

-Ejem...coche no, una pedazo limusina que te cagas-digo soltando una carcajada.

-Si...bueno ya te contaré que tenemos mucho tiempo.

Entramos en la limusina rosa y enseguida note el calor. Oh dios, que calentito.

-Cómo no, rosa...

-Si me gasto dinero, me lo gasto bien.

-Oye! Y como es que ahora vives tan bien?

-Unos negocios y que tengo mi propia empresa!

-Qué?!Joder!

-Es de moda, como siempre quise.

-Joder tía, me alegro un montón.

-Bueno, tú no te libras cuando lleguemos a mi casa me cuentas.-me dice con una mirada, que la verdad no sé cómo definir.

Sé que está preocupada, lo noté cuando cogió el teléfono, que dijo que no llamaran más a ese número. Cuando le dije que era yo empezó a hacer un montón de preguntas y notaba a través del teléfono como lloraba.

En silencio, cada una pensando en sus cosas llegamos a su casa. Bueno, llamarlo casa sería un pecado, esto es una mansión.

-Vamos Cris!-me grita Eneritz desde la puerta.

-Ya, ya voy-digo caminando hacia la enorme puerta, fijándome en cada detalle de este maravilloso alojamiento.

Todo está perfectamente ordenado, que raro. Eneritz y yo somos demasiado ordenadas parece que ahora solo yo.

El salón es enorme, una pantalla ocupa la mitad del salón. En frente de esta, está el sofá, muy grande también. Todo el salón está decorado con un color grisáceo.

-Este es el salón-dice señalándome hacia donde estaba mirando-para delante esta la cocina pero tampoco es tan importante, siempre pido comida rápida.

Narrador en tercera persona

Mientras Eneritz le enseñaba a Cristina su maravillosa casa, su nueva y perfecta vida y ahora al fin completa con ella en ella, a 2.998, 6 km de Cristina, Jesús se dirigía a comisaría, se iba a declarar culpable de todos sus secuestros y asesinatos. Solo por ella, por Cristina.

Había decidido que no merecía despertarse con una sonrisa en la cara si la causante no era aquella morena que se había llevado su corazón a algún lugar de La Tierra.

Por la mente de Jesús solo pasaba la idea de encarcelarse, se sentía culpable de que Cristina se haya escapado, el piensa que por secuestrarla se ha ido. Así que va a entregarse.

-----------------------------------------------------------------------------------------

Espero que os guste y que no me mateis.

Bss Cris


Secuestrada-Jesús Oviedo(Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora