Capitulo 26

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Este Capitulo ha podido ser hecho gracias a Celia, una de las que me hablo por wa. (muy maja por cierto) y que me he vuelto a leer otra vez after porque sino...vamos...

Bueno, eso aquí lo tenéis.

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Vamos besándonos apasionadamente, pero con amor, hacia las escaleras, las conseguimos subir con dificultad.

-No, nos hemos matado de milagro-dice cogiéndome de la mano y llevándome hasta su habitación.

-Hubiese muerto pegado a tus labios-digo dándole un estirón para que quede a milímetros de mí.

Volvemos a besarnos, incontables de veces hasta llegar hasta su habitación.

Narra Cristina

Este. Chico. Me. Mata.

Sus labios son tan sumamente suaves, que si no fuese por la falta de oxígeno que siento segundos después de que empecemos a besarnos, no los soltaría jamás, en mi vida.

Abre la puerta de mi habitación con el pie, empujándola. Sigue caminando hacia atrás, siendo guiado por mí.

Acabo cayéndome encima de el en la cama.

Suelto una carcajada.

Empiezo a succionar parte de su cuello, notando como su piel se eriza bajo mi tacto. Me encanta tener ese poder sobre él.

-Cri-cristina...,mmm-gime mi nombre.

Empieza a quitarme la sudadera, mientras sus firmes y delicados dedos, pasan rozando por mi abdomen. Esto me pode muy nerviosa y él lo sabe.

-Te he echado de menos-susurra en mi oído, mientras termina de quitarme la sudadera.

Ahora soy yo quien empieza a quitarle la camiseta, aprovechando a tocar sus abdominales, bien definidos.

Poco a poco, nos vamos quitando los pantalones mutuamente, quedando los dos en ropa interior.

Me tumba en la cama y se coloca encima mío, pero sin apretarme, poniendo todo su peso en sus codos. Sus ojos me miran fijamente y sé que con mirarme sabe todo lo necesario de mí.

Se abalanza a mis labios. Nuestras lenguas juegan entre ellas como si se conocieran de todo la vida. Me encanta la guerra que comenzamos los dos, viendo a ver quién puede más. Quien estaba más enamorado de los dos.

Sonrió en mitad del beso. Acción involuntaria que me sale al pensar en la suerte que he tenido.

Jesús se va separando de mí agarrando mi labio inferior entre sus dientes, haciendo que de mi boca salga un gemido casi inaudible. Aunque sé que él lo ha oído, porque su sonrisa no se despega de su cara.

-Que me has hecho...-susurra volviéndose a acercarse a mis labios.

Durante otro apasionado beso, nos vamos deshaciendo de las prendas que impiden que nuestro cuerpo estén unidos en uno.

El calzoncillo de Jesús parece una tienda de campaña. Cosa que me hace gracia y suelto una sonora carcajada, que hace que Jesús se sonroje. Dios, es putamente adorable. Reviso todo su cuerpo de arriba abajo. Es perfecto. Sus abdominales, están sumamente definidos, pero no es las típicas cachas que parece un armario. No, sus abdominales, estaban trabajados, y se notaba que hacia ejercicio, pero no eras excesivos y se me encanta.

-Admirando las vistas?-dice enarcando una ceja. Ag, odio que la gente haga eso, porque yo no lo consigo hacer y me enervo.

-A caso te molesta?

-Para nada.-decía sonriendo.

Estaba tan metida en mis pensamientos sobre su abdomen que no me había fijado que estaba completamente desnudo. Mi mirada fue a su...amiguito y...

Oh dioooos, que amiguito...más grande.

Eso no te cabe por ninguna parte Cris.

Y mi conciencia tenía razón, por donde me va a caber eso?

Se dio la vuelta dejándome sus perfectos glúteos a mi pervertida vista.

Dios, soy una puta pervertida. Bueno...que mujer no lo sería con el desnudo ante tu vista?

Cierto.

Jesús cogió un condón que había en la cómoda. Se lo puso y...

Haber, haber, rebobinemos. Este se supone que era mi cuarto no? Porque mierda había un condón en la cómoda?

Jesús se acercó a mí y me empezó a besar el cuello mientras me quitaba el sujetador. Dejo de besar mi cuello para besar uno de mis senos, mientras que en el otro hacia masajes.

-Je-Jesús...-los gemidos eran suaves y casi inaudibles, solo para que Jesús y yo los pudiéramos escuchar.

Siguió con su juego de lengua y mano en mis senos y fue bajando besando cada parte de mi cuerpo que encontraba a su camino. Llego al borde de la única prenda de ropa que quedaba sobre mi cuerpo. Notaba su respiración en mi zona sensible, cosa que hizo que la piel se me erizase. Fue quitando la prenda mientras dejaba besos húmedos en mis muslos.

Se colocó encima de mí y sentía su gran amiguito encima de mí. Mi miró a los ojos y me dio un rápido beso en los labios. Cerré los ojos y empezó a entrar en mí. Los dos soltamos un gemido. Nuestros gemidos van acompasados.

Al cabo de un rato los dos llegamos al clímax, rendidos, agotados, exhaustos y sudando.

Nos acostamos los dos juntos y antes de dormirnos me susurra:

-Te amo.

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Espero que os gusteeeeeeee.

BSS Cris.


Secuestrada-Jesús Oviedo(Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora