Capítulo 1

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Hoy empiezan las vacaciones para mí. ¡Por fin! ¡Adiós exámenes, adiós trabajos y adiós madrugar! Mis padres se han comprado una hermosa casa en la costa mediterránea y es allí es dónde pasaremos nuestras vacaciones.
Estoy de camino a la casa en mi coche, con la música alta y sin parar de cantar. Mi familia ya está allí, yo he tenido que quedarme una semana más en la ciudad por culpa de mi último examen.

I'm unstoppable
I'm a Porsche with no brakes
I'm invincible
Yeah, I win every single game
I'm so powerful
I don't need batteries to play

Tras unas 3 horas conduciendo llego al barrio donde se encuentra la casa. Me deleito viendo las casas vecinas y me imagino cómo será la que han adquirido mis padres. Y cuando el GPS me indica que he llegado a mi destino, paro el coche delante de unas enormes cancelas. Como no tengo el mando para abrirla, bajo del coche, me quito las gafas de sol y llamo al telefonillo. En unos segundos escucho una voz familiar.
-¡San! ¡Has llegado tardona!- saluda mi hermano con su alegría innata.
-¡Hola Theo!- le saludo moviendo mi mano delante de la cámara.
-Ábreme la cancela, porfa- le pido.
-¿Y si no quiero?
-¿Y si cuando te vea con tus amigos te doy besos de hermana empalagosa?- le amenazó mientras encaró una ceja. Theo se ríe.
-De acuerdo, de acuerdo- responde riéndose. En un segundo escucho el ruido de la cancela abriéndose. Me subo a mi coche y cuando la cancela está totalmente abierta entro en la finca. Lo primero que veo es a una enorme casa blanca, con enormes vidrieras y terrazas. Con una enorme escalera que lleva a la entrada principal. Toda la fachada tiene elaborados detalles arquitectónicos que la hacen imperiosa. Todas las expectativas que hice sobre ella durante el camino han quedo superadas por la realidad.
Conduzco por el sendero hecho de piedra y me desvío hacia el garaje y aparco junto al coche rojo brillante. Me bajo del mio y me dirijo hacia la maleta. Por la puerta que une al garaje con el resto de la casa, aparece mi hermano Theo.
-¡Pequeña!- saluda mientras me despeina. Mi hermano es muy alto, sólo le llego a la mitad del pecho. Tiene el mismo color de pelo que yo, un castaño cobrizo que heredamos de mi madre. Sin embargo Paul ha heredado los ojos verdes de mi padre, lo que hace que todas las chicas lo deseen en cuanto lo ven. Yo he heredado los ojos marrones claros de mi madre, al igual que su altura.
-Para grandullón- le digo riendo mientras lo empujó cariñosamente.
-Te ayudo con la maleta- me dice y abre el maletero para sacar mi enorme maleta verde.
-¡Madre mía! ¿Qué tiene ésta maleta? ¿Un cadáver?- bromea mientras la deja en el suelo.
-He atropellado a una tierna abuelita y no tenía tiempo para cavar una tumba- le digo riéndome.
-Luego, ésta noche pasaremos de ir a la fiesta en la playa y cavaremos esa tumba- me dice. No puedo dejar de soltar una carcajada. Theo es 1 año mayor que yo y, aunque de niños no dejábamos de pelear, ahora somos como uña y carne.
Saco mi maletín del portátil y el maletín con mis cosas de dibujo y mi Block de dibujo. Mi hermano saca la maleta pequeña a juego con la más grande.
-¿Has dicho fiesta en la playa?- pregunto esperanzada. Entramos a la casa por la puerta del garaje.
-¡Sí! Y espero que vengas- sonreímos con complicidad.
-He conocido a un chico llamado Unai que me ha invitado a ir- prosigue.
-Por cierto, en una semana viene Daniela- y en su rostro aparece una sonrisa de orgullo y felicidad. Que rápidamente se me contagia. Theo lleva 3 años saliendo con Daniela y se le ve tan enamorado, que a veces siento envidia de Daniela por no tener a un hombre que me mire como si fuese el mayor tesoro de la Tierra.
Llegamos a la planta principal de la casa, que es impresionante. Una enorme escalera lleva a la segunda planta. Hay una mesa formidable de madera con un enorme jarrón llenó de flores frescas. Un hermoso reloj de pié con péndulo, butacas con brillantes tapizados de aspecto señorial. Realmente ésta casa tiene más encanto que en la que he crecido. Theo se para a mi lado mientras contemplo las rosas de metal dorado del pasamanos y me fijo en la cristalera que hay detrás y por la que se ve un cuidado jardín.
-Espectacular, ¿Verdad?- comenta Theo.
-Ya...-
Subimos mis cosas a la segunda planta y Theo me guía hasta mi habitación.
-¿Y nuestros padres?- le pregunto al no verlos por ningún lado.
-Están paseando por el paseo marítimo- contesta Theo.
Paramos delante de la tercera puerta a la derecha.
-Ésta es la mía- dice Theo señalando la puerta anterior.
Entro durante el mes de vacaciones. ¡Es enorme! Hay una gran cama de madera en el dentro vestida de blanco y flanqueada por dos mesitas, al fondo hay una puertas de cristal corredizas que dan a una terraza con unas preciosas vistas de la playa. A los píes de la cama hay dos sillones con una mesita de cristal. Además en la habitación hay un armario empotrado, un precioso tocador y un espejo de cuerpo entero.
¡Esto esto es de lo más hermoso!
Mi hermano deja mis maletas a los píes de la cama y yo dejo mis maletines en la cama.
-¡Tienes que ver ésto!- me dice mientras me arrastra hacia la terraza. Theo me señala la piscina que hay en el enorme jardín. Nos miramos pensando en lo mismo: zambullirnos en el agua. Tendremos 22 y 21 años pero ante una piscina se éstas características volvemos a tener 14 y 13 años.
-Cuándo termines de instalarte, vamos a la piscina- dice Theo. Me guiña el ojo y se va.
Me quedo mirando a mi alrededor y veo que hay una puerta al lado del armario. Cuando abro la puerta descubro que tengo baño privado. Respiro hondo y me dispongo a colocar mis cosas.
Me paso toda la tarde con mi hermano jugando en la piscina como dos niños pequeños, nuestros padres llegan y tras preguntarme sobre mis exámenes y el viaje se tumban en la hamacas para disfrutar del sol.
Llega la noche y con ella mis ganas de salir de fiesta con Theo. Cenamos en familia con una animada conversación y me entero que mis padres también tienen pensado salir al local de moda del lugar.
Subo a mi habitación a cambiarme de ropa para ir a la fiesta. Decido ponerme una falda azul marino de estampado floral con una camiseta de tirantes básica y blanca, unas sandalias de playa y para terminar una diadema floral. Me miro en el espejo y derepente siento frío, un escalofrío recorre mi cuerpo y siento que alguien me está observando atentamente. El pánico domina mi cuerpo y me da miedo darme la vuelta para ver quién me está observando. Tras unos segundos armándome de valor me giro, pero no veo a nadie. Me tomo unos minutos para tranquilizarme y pensar en una explicación racional. Acabo por concluyendo que ha sido cosa de mi imaginación, me relajo y ¡Lista!
Cuando bajo me voy al salón donde mi hermano me espera junto a un chico atractivo de pelo negro, ojos negros y una hermosa piel bronceada.
-¡San! Te presento a Unai- dice mi hermano en cuanto me ve. Unai me mira y me dedica una enorme sonrisa.
-Unai, ésta es mi hermana Alessandra- me presenta. Me acerco al chico y le doy dos besos a modo de saludo.
-Encantada-
-Lo mismo digo, Alessandra- me dice en tono dulce.
Nos despedimos de nuestros padres que, como siempre, nos piden que nos cuidemos.
Subimos al coche de Unai que nos lleva hasta la fiesta situada a las afueras de la pequeña ciudad costera.
Llegamos a una pequeña playa, donde arden varias hogueras y la gente baila y habla animadamente. Y bebe. Unai aparca, bajamos del coche y Theo coge la nevera portátil que contiene nuestras bebidas. La música llega a mis oídos y busco el lugar de procedencia. Entonces veo a una chica detrás de una mesa desmontable con un mesa de dj y varios altavoces.
-Se llama Sara y es nuestra dj- nos informa Unai.
Me fijo en Sara, va vestida con unos shorts y una blusa verde militar con unas tachuelas en las hombreras. Pero lo que más destaca de ella es un melena roja rapada en un costado. En mi fuero interno la aplaudo por llevar un corte tan atrevido y que le queda de maravilla.
Nos acomodamos junto a una de las hogueras y pasamos la noche entre bailes, bromas y alguna copa. Unai nos presenta a algunos de sus amigos pero al cabo de unos minutos me veo hablando con unos desconocidos, de los que ya no recuerdo sus nombres. En un momento de la noche Unai nos presenta a Dj Sara que se toma algo con nosotros, en ese tiempo descubro que Sara es enérgica y divertida, esa clase de persona a la que no puedes seguir el ritmo por mucho que te empeñes.
La fiesta se da por finalizada casi al amanecer y doy por inaugurado oficialmente mis vacaciones.
Cuando llego a casa me siento cansada pero feliz. Me acuesto y enseguida caigo en los brazos de Morfeo.

Me revuelvo inquieta en mi cama. Tengo la absurda sensación de que alguien me está observando mientras duermo, la siento como una presión en el pecho. Abro los ojos y miro a mi alrededor. Y ahí lo veo, sentado en uno de los sillones del dormitorio. Es una figura transparente, de color blanco y negro, el espectro de un hombre joven. Me tapo la cabeza con la sábana conteniendo un grito de pánico. Oigo una suave risa. Vuelvo a mirar al sillón pero ahora está vacío. Paso una mala noche, me despierto varias veces en la noche y miro al sillón pero no lo vuelvo a ver. Al final me convenzo de que ha sido producto de mi imaginación o del alcohol y duermo bien un par de horas.

Amor de un fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora