2020
Cuatro años habían pasado desde aquella noche de estupidez suprema, esa noche en la que me habían atrapado siendo "participe de una carrera callejera" o eso es por lo que me acusaron en los tribunales meses después de que me detuviesen.
Estos años la verdad no fueron lo que yo esperé y no, no me tatué, ni me apuñalaron, yo simplemente estaba allí, aislada, creo que en cierta parte me hizo bien alejarme un tiempo de todo y estar sola; Sí, sola porque así se sentía. En su mayoría nadie hablaba con nadie éramos alrededor de 15 mujeres en ese penal. Ellas fueron las únicas personas con las que traté a lo largo de este tiempo, a parte de los vigilantes, y si digo que forme una alianza con alguna, mentiría, yo preferí estar sola. No se me hizo extraño estar sola tanto tiempo, yo por lo general lo estaba, solo que era acompañada por unos idiotas que hacían vídeos en YouTube.
Respecto a las visitas, mi mama sentía cierto rencor hacia mí por no obedecerla esa noche y por eso nunca me fue a visitar, a mi parecer algo exagerado, bastaba con un te lo dije. Mi papá me visitó algunas semanas y luego desapareció. Christian, sé que corrió con la misma suerte que yo mas no se de cuanto fue su condena.
Pero dejando de lado todo, volvía a casa, sé que mi mamá no me aceptará con los brazos abiertos pero no tengo otro lugar al que ir.
Salí caminando fuera de aquella cárcel como en las películas, era libre. Caminé un rato hasta llegar a la zona centro de la ciudad, mi casa quedaba a unas cinco manzanas de allí y puesto que no tenía dinero pues me tocaba caminar.
Divisé un portal negro que se me hizo bastante familiar, sólo que la última vez que lo había visto era blanco, toqué el timbre, esperé a que alguien abriera pero no pasó absolutamente nada.
Me senté en la acera a esperar pues supuse que habría salido, estaba realmente agotada de todo el trayecto que significó llegar hasta acá, los pies dolían y mi piel escocia del sol que había llevado.
Pasada dos horas visualicé a una mujer de aspecto familiar, era mi madre, no había cambiado en nada, tal vez un poco su forma de vestir, pero seguía siendo aquella mujer de cabello castaño oscuro y rizado que me dio la vida. Ella me miró sorprendida pero siguió caminando hasta llegar a mí, mientras yo me levante para tener una posible discusión y seguramente rogar piedad.
Hailey –Habló ella seca.
Mamá, hola –Dije como solía decir sólo para tantear el terreno.
Veo que ya saliste de prisión, pues me alegro. Imagino que vienes por tus cosas –Contestó ella como si fuese cosa de todos los días que una hija saliera de la cárcel.
Mmm no, verás yo no tengo donde ir y... –No me dejó terminar de explicarle porque ella ya parecía haber atado cabos y comprender lo que estaba punto de decirle.
Y querías quedarte aquí, ya veo. Por mi bien, pero simplemente haz como que no estoy. –Dijo rápidamente para empezar a pasar de mí y dirigirse al portal.
Vale. –Me resigné, si decía algo seguramente no me dejaría quedarme así que por los momentos me conformo con esto, ya después me ganaré su confianza de nuevo.
Entramos a la casa y todo seguía bastante igual a como lo había dejado, seguramente habrían algunos adornos más pero fui incapaz de percatarme de ellos.
Seguí por el largo pasillo hasta quedar al frente de la puerta de mi habitación, giré el picaporte y me adentré en el cuarto. Todo igual, como en casi todo el resto de la casa.
¿Cómo puede ser todo igual luego de cuatro años? Bueno, en apariencia porque mi mamá con dificultad me dirigía la palabra y no había ese ambiente cordial que te hace pensar que esto es un hogar, solo es una simple casa más.
Me tiré en mi suave cama, como la extrañaba, las de aquel lugar no eran para nada cómodas, puedo tener fácilmente un problema en la columna en un futuro por la dureza de aquellas supuestas camas.
Me quedé absorta mirando al techo y aunque tenía muchas cosas en las que pensar mi mente estaba en blanco, me senté y miré el reloj colgado en mi pared, había durado poco menos de una hora allí y yo sentía que recién me había acostado. Visualicé un aparato lleno de partículas de polvo que se habían acumulado con el pasar del tiempo, se notaba que nadie había entrado aquí, era mi ordenador, estaba apagado y dudo que funcione pero ¿y si funciona? Nada perdía con intentar.
Me levanté de mi cama decidida a prender aquel aparato obsoleto y polvoriento, me acomodé en la silla al frente del escritorio y presione el botón que se supone debería prenderlo y así lo hizo, saltaban lucecitas de colorines en todos lados excepto en la pantalla puesto que no la había prendido pero inmediatamente lo hice.
Introduje la contraseña para el inicio de sesión y todo servía, tenía mis programas de edición de fotos, de videos, los de grabar y capturar la pantalla, hasta Skype. Mi fondo de pantalla hizo que recordara algo que había pasado por alto y es que esos chicos sonriendo en esa foto, yo nunca había sabido más de ellos, tuve bastante tiempo para pensar en ellos pero extrañamente pocas veces fueron las veces que se me cruzaron por la mente pero en mi cabeza siempre estaba el que algo en mi faltaba y ahora al ver la foto que se tomaron en el InGame me doy cuenta que ellos me hacían falta, que los extrañaba.
Ingrese rápidamente en YouTube, mi cuenta seguía abierta como siempre, clickeé velozmente en suscripciones y la última vez que uno de ellos subió un video había sido hace dos años.
No me lo pensé ni dos veces y me metí en twitter a revisar la lista que había creado específicamente para leerlos, lo mismo, y no había una mísera pista de que se habían hecho o donde se habían metido.
Ellos ya no estaban, se habían retirado y yo no estuve. Prometí estar hasta el final y les fallé.
Lagrimas salían rebeldemente por mis mejillas y aunque hice el mayor de mis esfuerzos por que no salieran lo hicieron de igual manera, no podía mas, ellos me habían echo reír en mis días más grises y ya no estaban, se habían ido y yo estaba destrozada sin saber qué hacer, no los había conocido, no los había abrazado, no les había dicho lo mucho que me ayudaron ni lo mucho que los quería. No pude hacer nada, no tuve la oportunidad y ya es imposible tenerla.
Todo está perdido y no hay vuelta atrás.
Entre el incesante correr de mis lágrimas logré ver mi antiguo móvil, lo puse a cargar mientras intentaba calmarme y claramente fallando en el intento. Una vez con un poco de carga, lo prendí, tenía una idea fija y era escribirles a esos amigos que había hecho gracias a los youtubers.
Intenté por horas comunicarme con alguno pero ninguno parecía estar o existir siquiera estaba pensando ya que todo esto era una estúpida pesadilla pero no lo era, no podía calmarme y no tenía a quien recurrir para que me ayudara.
Recuerdo haber dicho a otras personas y decirme a mí misma que el día en que ellos apagaran su cámara, yo me vería todos sus videos y la verdad eso es lo que haré pero debo decir que ahora que lo estoy viviendo y ellos no están, eso no me es suficiente. Los voy a extrañar y querer como el primer día que los vi aunque nunca haya podido conocerlos o lograr que me notaran, fueron y serán siempre una parte importante de mi vida y les agradezco por todo.

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Nightmare
FanfictionHistoria corta de una pesadilla. Escrita y pensada «soñada» en diciembre de 2015.