Moonli-wolf

El lobo despierta por culpa de un canario sin voz ni canto

->"todo el mundo fantasea con hacer sus sueños realidad, las pesadillas también son sueños"<-

En la oscura y densa niebla del bosque, en una zona abandonada por el tiempo y sus habitantes, tendida en el frió suelo duerme una joven de pelo rubio dorado, como el sol en todo su esplendor, esta tose un poco, su cuerpo se contrae como si estuviera en un mal sueño, libera un quejido de preocupación – hermano- susurra en sus sueños.

De repente el fuerte rugido de una misteriosa bestia resuena en su mente, despertándola de golpe, esta sudada como si tuviera un caso grave de fiebre, estaba aturdida, casi ignoro el hecho de que estaba en lo que parecía ser un jardín, en su mente los rugidos y gritos le causan un horrible estruendo.

-"Caperucita, Caperucita ¿A dónde vas?"-

Se agarró del cuero cabelludo, casi intentando arrancarse las coletas con rizos que tenía, en medio de aquel dulce canto estaban lo que parecía ser un horrible grito de agonía, sollozos de sufrimiento, todo eso en una horrible melodía de dolor que sonaba en su cabeza.

-"Señor lobo ¿Que le ha pasado a mi abuela? ¿Ella está muerta?"- una gentil voz pregunta.

-"Si pequeña, no llores más, te unirás a ella de inmediato"- la misma voz que le canto empezó a reír

-"pero señor lobo! Creí que éramos amigos!- la pobre niñita empezó a llorar, despavorida por su horrible destino.

La peli rubia comenzó a gritar, en su Cabeza escuchaba con escalofríos los horribles gritos de la niñita, los erráticos gritos, le atravesó los tímpanos, comenzó a desesperarse.

-"¡Gretel! ¡Hermana! ¡¿En dónde te has metido?!"- Esa voz, era diferente, era una voz familiar, acallo todas las voces, liberándola de la agonía que estaba en su cabeza, se tumbó en el pasto, sus rodillas se mojaron por el roció del amanecer, comenzó a buscar una respuesta -¿en dónde... Estoy?...¿que ha.... Pasado?- esta se levantó y se tocó la frente

-yo y mi hermano.... A casa, íbamos a casa, pero....-

Se dispuso a intentar visualizar su estado, en donde se encontraba, que había pasado- Estábamos en la caza de la bruja, si ella moría en las llamas del horno.... Seriamos felices ¿verdad?- estaba cuestionando los pocos que poseía, Vago un poco por el único camino visible, los otros estaban tapados por gigantescas rosas rojas, o por gigantescas raíces de arboles negros y viejos podridos por el tiempo, vago unos minutos, pasando por un viejo puente de ladrillo rojo y llegando a una puerta de roble oscuro, rota y podrida, se partió apenas la toco para abrirla, un fétido olor la ahogaba.

-"¿Qué clase de lugar es este? ¿En donde esta mi hermano? – Se estaba comenzando a preocupar, no tenía a donde ir, no sabía a dónde ir, ¿a dónde iba a parar?

-"ohhhh pequeño canario sin canto, A donde te diriges?- Una rara voz masculina, un tanto grave comenzó a hablarle- "A ninguna parte, creo que perdí mi camino, pero... no creo haber tenido uno.... Papa y mama me abandonaron Con mi hermano en el bosque, me traiciono mi propia familia, mi querido hermano... en donde estará?"- esta miro el cielo antes de sentarse en el suelo- "eso es seguro una muy mala maldición"- le contesto la voz, la chica sintió nostalgia un momento solo para llenarse de coraje- "crees que la bruja me maldijo?"- pregunto la chica de pelo rubio, la voz le respondió- "por supuesto, te maldijo, si no te liberas nunca encontraras a tu hermano"-

"como... como me libero de esta maldición?" –esta suspira melancólica- "entra a este lugar, hay un libro adentro que te dirá como encontrarte con tu hermano" – le dijo la voz, Gretel se levanto y vio el oscuro sitio, unas antorchas se prendieron de la nada, demostrando un corto camino hasta una puerta roja, esta mira el cielo, hay una gran y hermosa luna llena, le dio una última vista antes de entrar y aventurarse- "hermano.... Voy a ti..." – dijo comenzando su camino, paso por la puerta roja entrando a un lugar muy oscuro, entraba luz por lo que parecían ser ventanas, todas llenas de moho haciendo que los rayos apenas demuestren lugares por donde caminar, la voz le guiaba por el oscuro lugar pobremente por los rayos de la luna.