Pie de fresa

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 Quizás haber comprado tan solo dos mini pie de fresa, no era la elección correcta.

Pero Chanyeol no se imaginó que una de sus dos pequeñas mascotas despertaría antes que la otra. Y que aunque diciéndole que solo uno de ellos era de él, y el otro de su hermano; este se comiera el pequeño pie sin contemplación, como si nunca hubiera escuchado el mensaje de su amo.

—Jongdae. —vocifero en reprimenda al sonriente cachorro, quién ahora tenía migas alrededor de sus boca, y se limpiaba la fresa sobrante en su labios con la lengua.

—Si no se lo dices, yo guardaré el secreto hasta la tumba. —dijo con complicidad el cachorro, como si él no hubiera sido quién cometió el error.

—Le pedirás disculpas cuando despierte ¿Ok? —Chanyeol uso aquella mirada dura que estaba intentando últimamente con el pequeño cachorro inquieto.

—Jum, no es mi culpa que no despertara. —se cruzó de brazos el cachorro, con un puchero de lado y un lindo ceño fruncido.

Chanyeol estuvo por contradecir y mantenerse firme en su posición de dueño al que tiene que obedecer. Pero ante la tierna pose del pequeño cachorro, su corazón lo traiciono y su primera acción fue envolver y cargar en sus largos brazos el pequeño cuerpo del perrito hibrido. Diciendo en un tono de voz meloso y algo bajito —para que su otro cachorro aun no despertara—, lo lindo, adorable, y tantos sinónimos más, que era el cachorro.

—No puedes resistirte a mí. —susurro Jongdae, quién tenía su rostro en el espacio del largo cuello de su amo. — ¿Por qué no salimos a comprar más antes de que se despierte? —dijo haciendo su mejor carita, aquella de grandes y brillosos ojos que sabía su amo no resistía.

Chanyeol estuvo a pocos segundos de tomar al cachorro y salir del departamento. Pero suaves quejidos desde cerca lo detuvieron. Su otro cachorro se había despertado y aun en un estado de letargia, había caminado hasta él, tomando la tela de sus pantalones y sobándose el rostro con sus pequeñas manos.

—Rayos. —exclamó el otro cachorro en brazos de Chanyeol, inflando sus mofletes y mirando de mala gana a su pequeño hermano. — Debimos ser más rápidos. —con sus planes interrumpidos, chasqueo su lengua y se recostó en el amplio pecho de su amo, aun mirando a su hermano por debajo de él. — Buenos días, pequeña princesa. —se burló desde lo alto.

—Jongdae. —volvió a reprender el alto, mirando a su otro tierno cachorro que parecía más despierto y daba una bocanada de bostezo; demasiado tierno.

—Uhm. —tiro un poco de la tela del pantalón de Chanyeol para llamar su atención, y cuando vio que la obtuvo, aun somnoliento, estiro sus bracitos hacia el alto, abriendo y cerrando las manos. Aquella era la señal para que lo cargaran. — Arriba. —musito bajito, un quejido adorable que hizo poner la piel de gallina al alto.

Caminando hacia la cama de ambos cachorros, la cual era una muy mullida almohada rosa claro, de un buen ancho, uno que daba el suficiente espacio a ambos cachorros. Posiciono a Jongdae en ella, haciendo que el cachorro se removiera inquieto ante la lejanía, y amarrara como pudo sus bracitos al largo cuello de Chanyeol.

—Vamos Jongdae, es turno de Baekhyun. —Dijo tratando de tranquilizar al cachorro, pero este negó efusivamente, sin a soltar a su dueño.

—Suéltalo. —Escucharon ambos. Una voz fría y dura, proveniente de detrás de ellos. Ambos, dueño y mascota, sintieron un frío recorrer su columna. Jongdae soltó el cuello de su amo, y se sentó tranquilo en su cama, mirando temerosamente en dirección de donde habían dejado al somnoliento Baekhyun.

Cuando Chanyeol se dio la vuelta en busca de su otro cachorro, solo pudo ver la brillante sonrisa de Baekhyun adornar su rostro, junto a sus tiernos ojitos en media luna, y unos pequeños brillitos imaginarios que rodeaban al híbrido.

Pie de fresa {Serie de Oneshot's}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora