cuatro

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Peyton's POV


-Número cuatro... número cuatro .... -mientras el profesor buscaba en su lista yo rezaba para que no sea yo la "afortunada" en tener que ayudar a Dylan Collins. No lo soportaba y mucho menos después de lo que me hizo ayer. -Peyton Dallas -maldición -Van a tener que verse dos días por semana en el establecimiento, en alguna casa, o en donde les quede mas cómodo. Peyton -el profesor miro en mi dirección -No te preocupes que esto no es en vano. Vas a tener un aumento en tus notas y si Collins aumenta sus calificaciones, veré si puedo hablar con el director para que te den alguna beca o algo asi. -oh si como si me interesara tener eso a cambio de ayudar a ese engreído.


Luego del ensordecedor sonido de la campana, me acerqué a Dylan.

-¿Qué días tienes libres? -le pregunté sin rodeos.

-Ni sueñes que voy a desperdiciar dos días de mi semana viéndote la cara -me ofendí por su comentario pero por el otro me sentí feliz porque por lo menos no era la única en pensar de esa forma.

-Lo mismo digo -espeté y me di vuelta para guardar mis cosas en la mochila.

-Hola mi amor -dijo Ashley apareciendo de no se donde -¿Qué haces al lado de esta mocosa? -tiene voz y personalidad insoportable. No se como puede tener a esa plástica como su novia. Rodé los ojos y me fui. No quería más problemas con ella.


En la hora del almuerzo me encontré con Tyler. Nos llevábamos súper bien y me agradaba su presencia. 

-Si, después de eso no vas a creer lo que ocurrió -Tyler me estaba contando su película favorita, ya quedamos en verla porque la verdad se escuchaba súper interesante. La inmensa sonrisa que estaba plasmada en su cara desapareció de un segundo a otro y lo miré confundida. 

-Hey -escuché una voz a mis espaldas y me giré. Tenía a Dylan Collins a unos 50 centímetros de mí. Creo que había sido la razón por la cual la sonrisa de Tyler había desaparecido -Oye -volvió a hablar sacándome de mis pensamientos. 

-¿Qué necesitas? -le pregunté en un tono neutro.

-Que me ayudes

-¿Ayudarte?

-Si, en matemática -hizo una mueca tal vez por la cara de confusión que tenía -Te dije que no porque estaba enojado por lo que había pasado con el profesor y eso pero lo pensé bien y la verdad si necesito tu ayuda -Me miró serio y le respondí alzando una ceja -¿Por favor? 

-Emm -me giré para ver a Tyler y decirle con la mirada que me ayude. Sólo levanto sus hombros y dijo moviendo sus labios un inaudible 'no sé'. Volví mi mirada a Dylan que miraba con el ceño fruncido a mi amigo. ¿Qué le pasaba? -Bueno, si, te voy a ayudar. ¿Cuándo y dónde?

-En mi casa y a la noche -¿Qué? ¿En su casa? ¿A la noche? 

-De ninguna manera -le respondí negando con mi cabeza -Esta tarde en la biblioteca. A las 5. Sino nada. 

-Bueno bueno tranquila nerd. Ni que quisiera violarte -hizo una mueca de asco. Era totalmente repugnante lo que dijo y el tono en que lo pronunció.


Eran las 4 de la tarde y en una hora tendría que estar en la biblioteca. Me metí a la ducha y al salir me cambié usando un pantalón de jean negro, vans negras y una remera turquesa como para que mi outfit no sea tan oscuro. Dejé mi pelo suelto y me puse en la muñeca una colita por si después me daba calor. Guardé en mi mochila algunos libros de matemática y a las 4:45 salí de mi casa rumbo a la biblioteca. Estaba a unas 5 cuadras en el lado opuesto a la escuela. 

Ya eran las 5:15 y el estúpido de Dylan todavía no llegaba. ¿Dónde carajos se había metido? Decidí esperar cinco minutos más, y si no aparecía, me iba a la heladería de unas calles mas allá.

5:19 y comencé a guardar los libros que había sacado, lista para largarme. Era absurda su ausencia porque después de todo, el estar aquí era para su propio beneficio. Hice la silla para atrás para poder levantarme.

-¿A dónde vas nerd? -escuche su voz gruesa que lamentablemente era muy sexy 

-Tengo nombre -le espeté seria. Si hubiera sido mas rápida ahora podría estar comiendo un rico helado. -¿Por qué llegaste veinte minutos tarde?

-Yo pregunté primero -elevó una ceja e hizo una mueca de diversión al costado.

-Bueno como no llegabas me iba a ir -me miró con cara de que continuara. Parece que no le agradó mi respuesta por lo tanto seguí hablando -A una heladería -respondí neutral

-Bueno que lástima, te vas a tener que quedar acá enseñándome - tomó asiento y yo hice lo mismo -Y con respecto a tu pregunta, no te incumbe por qué llegué tarde -¿Era imbécil o qué? Si yo le hubiera respondido así en este momento estaría en un hospital ya que no estaba Taylor para salvarme. Solo rodé los ojos y largue un suspiro.

-Esta bien, comencemos 


-¿Y? ¿Entendiste? -ya eran las 7 de la tarde y estaba un poco cansada. No era tan burro como pensé porque cuando le explicaba algo, hacia los ejercicios rapidísimo y sorpresivamente, estaban todos bien.

-Si, ya entendí -se estiró sobre su silla y dio un bostezo -Pero ya estoy cansado. Continuemos otro día -comenzó a guardar sus cosas y no me opuse ya que yo también quería irme. Mi plan de ir a la heladería seguía en pie. -Te invito un helado -interrumpió mis pensamientos y levanté la vista de mis cuadernos para comprobar si me hablaba a mi. Me miraba a los ojos y para estar segura de que realmente me estaba invitando a tomar un helado miré para atrás para ver si había alguien a mis espaldas, lo cuál él se rió por mi acción -Te estoy hablando a ti, Pey -¿Pey? Me estaba diciendo Pey? -Cuando llegué me dijiste que te estabas por ir a la heladería y bueno ahora que terminamos de estudiar pensé que es buena idea ir -Iba a aceptar su invitación, o sea es helado y además gratis porque supongo que él va a pagar ¿no?

-Bueno vamos -le dije en tono neutro. Me gustaba hablar sin expresión alguna. Tomé mi mochila y nos dirigimos a la puerta de la biblioteca. 

Cuando salimos del establecimiento donde estábamos, se dirigió a un Audi negro y me hizo seña de que me suba al asiento del copiloto. Era un poco chocante que un adolescente de solo 17 años maneje semejante máquina como aquella. Seguramente sus padres son ricachones o algo así. 

El viaje fue silencioso de parte de los dos, pero no incómodo porque la música sonaba a un volumen ni tan bajo ni tan fuerte. Llegamos a una heladería cerca de un parque, no a la que pensaba ir, sino que a una que se notaba bastante cara. Ingresamos y el precio de un helado de 1 bocha era cinco veces mas caro que el mismo helado en la heladería cerca de la biblioteca.

-¿Ya te decidiste? -Dylan puso sus ojos azules sobre los míos. Me detuve a observarlo y no tenia nada de feo. Era lindo. Muy lindo. -Eh nerd -y ahí los halagos que había pensado sobre el desaparecieron. -¿Qué vas a querer?

-Te vuelvo a repetir que mi nombre es Peyton. -contesté seria y con un poco de desesperación -Uno de una bocha nada mas, no tengo tanto dinero -conteste con pura sinceridad. Solo tenia plata como para un helado de la otra heladería.

-No importa, yo te pago -¿realmente acababa de decir eso? Me dió la espalda y se dirigió a pedir dos helados de tres bochas. Tenia una espalda bien trabajada y su cuerpo no estaba mal. Era musculoso pero no de esos que tienen hombros gigantes y cintura súper pequeña, sus músculos eran lo justo y necesario. -¿Qué sabores vas a elegir? 



C.S.

04.01.16





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⏰ Última actualización: Jan 04, 2016 ⏰

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