Ese instante en el que todo el mundo desaparece... simplemente no existe absolutamente nadie, y un pánico enorme inunda tu alma como una bestia devorando a su débil presa. Sientes que algo oprime tu pecho y te deja sin aliento, desesperado, indefenso. Te sientes olvidado y lo único que eres capaz de hacer es llorar. Pero nunca son suficientes lágrimas.