Capítulo uno Mi descubrimiento

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Yo soy Malena, una chica de 17 años, soy muy curiosa que me hace ser pesada incluso y... siempre me he sentido diferente a las otras chicas, me hacían el vacío y me atacaban porque decían que yo tenía algo distinto a ellas, no saben el qué pero soy distinta. Resulta que siento a un ángel y a un demonio a la vez, los dos quieren estar conmigo en la intimidad, ¿podeís creer?, ellos son enemigos desde hace mucho...

Una mañana me desperté de golpe y juré que oí la voz de un hombre muy varonil y rudo decirme: eres preciosa, con una voz tan calmada y varonil que uff, pues resulta que la siguente noche note como ese mismo hombre me acariciaba con un amor como el que nunca he visto en mi vida, todo esto fue sucediendo hasta que se lo conté a mi amigo Juan.
- Malena, ¿qué estás diciendo? -me decía él con los ojos como platos
- Sí, lo que oyes, tengo tantas preguntas que hacerle a ese hombre, como que quién es, que que quiere de mí, que de dónde viene...
- Ay Malena, que preguntona eres jajajaja
- Como me conoces, no voy a parar hasta saberlo todito todo, ¿vamos a algún sitio? ¿Al parque apodado por nosotros "El monte de las ánimas"? (Llamado así porque sentíamos presencias oscuras y extrañas allí)
- Vale

_Nos pusimos en camino y al llegar (ya que a veces vamos de noche a explorar) vimos formas de oscuridad, lamentos... Y nos fuimos de allí rápido.
Juan se fue a casa y yo volvía a la mía, en esto se me acerca un chico de unos 25 años o 20 por lo menos, alto, con pelo negro muy largo, piel blanca, ojos verdes y parecía tener muchos musculos debajo de esa vestimenta negra...
- Hola preciosa, ¿tienes un cigarro?
- No, no fumo, adiós.
_ Me coge del brazo y tira hacia él, puedo ver lujuria en su mirada, como si me conociera de toda la vida y fuera de mucho pero que mucho interés para el, iba recto y cuando me vio cambio de dirección y fue directo hacia mí.
- ¿Qué haces? ¡Sueltame!
- Que preciosa eres aaaarggghh, con tu pelo dorado y brillante, tus ojos azules y tu piel blanca como la porcelana, tus labios rojos, que luz tienes, eres una angelita, ¡me encantaaaaaan las angelitas!
¿No me vas a dar dos besos?
- No, no te conozco, en todo caso te doy la mano.
- El beso, dame un beso
- ¡Pero que empeñado con el beso! ¡Que noo!
- ¡Qué tímida eres!
- Mira te doy mi teléfono y me llamas mañana, ¿vale?
- Vale ~ sonrió con maldad y lujuria

_Le di dos besos al final y él aprovechaba para cogerme por la cintura y acercase mucho a mis labios y yo me aparté. Luego desapareció, no lo vi irse, mire por toda la calle y era como si se hubiese esfumado, me pareció raro, no se puede ir tan rápido ~ pensé.
Llegue a casa y me dispuse a dormir, ni si quiera cené.
Volví a sentir a ese hombre de la noche anterior.
Me acariciaba con mucha ternura aunque con deseo, yo creo que me ama. En esto ya no puedo más y le beso, con un beso corto y fugaz pero tierno, él me correspondió y pasamos toda la noche besándonos con más pasión y abrazándonos.
Aunque no le conocía ~ ni siquiera sabía su nombre.
En vez de temerle, sentía que me quería acercar a él, que no me quería hacer ningún daño, que me protegía...

MI ÁNGEL Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora