Prólogo

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Por : Aitana Roldán

La poesía no es rima, es sentimientos, y si alguien sabe de eso es Alba, mi Albi. Lo siguiente que os voy a contar es vivido en primera persona, y posiblemente os ayude a comprender el porqué de este libro, y a su impecable autora.

La conozco desde que nací, y cada día que pasa me sorprende más y más, con el corazón tan grande que tiene y los valores con los que ha sido educada y que ha ido adquiriendo durante su vida, por ciertas experiencias que le ha tocado vivir. Es una persona extraordinaria, que poco a poco iréis descubriendo mediante vayáis leyendo sus textos, ya que en ellos refleja completamente lo que piensa y siente en cada momento.

Su sueño siempre ha sido ser maestra, pero quien sabe si el día de mañana no podría llegar a ser escritora, porque si una cosa es cierta, es que cada vez que me lee algo, o lo leo yo se me pone la piel de gallina y se me encharcan los ojos de lágrimas, y eso hay poca gente que lo consiga en tan pocas líneas. Ella vale, mi Albi lo vale.

Todo esto os lo digo porque a mí me ha tocado estar a su lado en el que posiblemente sea el peor momento de su vida, y poner una sonrisa mientras por dentro estaba destrozada para que ella no se hundiera, para que juntas, pudiese salir adelante. Parece duro, lo es; pero lo repetiría mil y una veces porque ella está para todo el mundo, aunque esté peor que tú, y se merece tener a su lado gente que le apoye desde siempre en toda circunstancia, y no por compasión.

Es increíble mirar a una persona a la cara y saber lo que está pensando, o que empiece a hablar y adivinar lo que va a decir antes de que termine la frase, estos típicos silencios incómodos con ella no existen, porque nos comunicamos sin palabras.

Todo esto es posible gracias a la transparencia de su persona, debido a lo cual se ha llevado muchos palos a lo largo de su vida, cosa que también se refleja en sus palabras. Menos mal que eres fuerte Albi, y lo que te podía haber hundido te ha hecho más fuerte. No te puedes llegar a imaginar lo orgullosa que estoy de ti mi niña, de que sigas adelante con una sonrisa en la cara, por tu madre, familia, amigos, por ti, pero sobre todo por esa persona que te ha dado el empujoncito para que hoy en día seas la persona que eres, tu padre, Julito.

Espero que todo el mundo que lea esto le sirva de ayuda para seguir adelante cuando se piense que ya no se puede más, pues a pesar de todo, muchos de los siguientes textos han sido escritos con lágrimas en los ojos al escribirlos, al recitarlos, y al escucharlos.

Vales oro Albi, recuérdalo siempre, pues te lo dice una persona que jamás te mentiría y que te quiere todo lo que se puede querer a una persona, estoy orgullosa de ti.




La princesa de la boca de fresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora