Lo vi a los ojos, y me di cuenta de que ya era libre. Ya no lo amaba. Ya no sentí nada al ver sus ojos, y su sonrisa. Por accidente al pasar rocé mi espalda con la suya y no sentí el curioso hormigueo que antes sentía, ya no se me erizaba el vello al oír su voz, ya no había nada de él en mí.
Las heridas habían cerrado, las cicatrices desaparecido, y fue un alivio ver que ese dolor en el pecho ya no estaba.
Por primera vez en mucho tiempo, pude verlo con indiferencia, ya no con amor, rencor, o dolor, y él lo notó, y yo no pude haber estado más feliz en ese momento, giró rápido la cabeza, a otra dirección, como cuando ves algo que no deberías ver y alguien te descubre haciéndolo.
Me gustó esa sensación. La sensación de sentir el corazón completo al fin, sabiendo que esa persona no tiene más acceso a él. Que la tinta con la que tatué su nombre en mi corazón, ya se corrió. Que ya cambié la cerradura de mi corazón, y que la llave que él tiene, ya no sirve. Que toda la lucha por su amor parezca un desperdicio de energía, porque ese amor ya no existe. Que el dolor que me había preparado por sentir al verlo, no apareció. Que, por primera vez en mucho tiempo, soy libre de él.
"¿Por qué no regresaste?" me preguntó, tiempo después.
"Porque me cansé" le respondí "Ya no te amaba"
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Crónicas de la Vida Real
Short StoryLo que a todos nos gustaría decir, o pensar, pero somos demasiado débiles. Expectativas Vs. Realidades de cualquier adversidad o circunstancia: Amor, desamor, muerte; como debería ser, y como es en realidad