Primera parada

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Conduzco siguiendo la larga fila de autos, parecemos un cortejo fúnebre y tal vez lo somos, el gran desfile para despedirse de San Francisco, un funeral que acabara con todo, lágrimas en los hijos de esta ciudad que se muere si es que ya no lo ha hecho. No creo que volvamos. Nunca.

Unos kilómetros más adelante comienzo a mirar preocupada el piloto de la gasolina, Alex a mi lado está acostado encima de la guantera su cabello se ve más oscuro de lo normal por el mugre, vuelvo mi mirada a la vía, agradeciendo mentalmente a que el conductor de adelante me ha tenido paciencia, creo que ya le he chocado el parachoques una docena de veces. 

-Emma, ¿hay gasolineras cerca?- Preguntó sin despegar mi vista de la carretera.

la rubia saca el mapa de uno de los bolsillos de los asientos y los abre por encima de las cabezas de los niños que se han dormido en sus piernas, busca por unos segundos - En dos kilómetros hay un centro de servicio, podemos tanquear ahí y comprar algunas cosas- cierra el mapa y lo pone donde estaba.

Suspiro resignada y pisó el acelerador, lo más increíble es cómo se enferma el alma de la gente, no hemos visto muchas personas con el virus, alrededor de  siete pero sí hemos visto gente robando o huyendo de algo más que esta ciudad infectada. No quiero ni pensar cómo está el centro de la ciudad. El bloqueo empieza a cernirse sobre mí, veo los hospitales repletos de gente que quiere una cura, familias rotas, delincuencia en las calles, cadáveres del Z-13 se confunden con los asesinados. Mis manos sueltan lo que estaban tomando, mis ojos no me dejan ver están empañados y un zumbido insistente se apodera de mis oídos. Escucho un golpe en seco y mi cuerpo va hacia adelante, alguien sacude mi hombro y el zumbido se va.

- ¡Karen! ¿ Que diablos te pasa?- Alex tiene el rostro rojo y su mano izquierda en el freno de mano- Estás conduciendo joder no puedes solo soltar el maldito volante y seguir pisando el acelerador- balbuceó una disculpa y vuelvo a la realidad conduciendo mientras mi novio se voltea y le agradece a Emma por avisarle, se queda mirando hacia el frente como si quisiera quemar la carretera, impotente me concentro en la matrícula del auto del frente.

Después de un rato Emma señala una construcción  al lado de la carretera- Es la gasolinera- salgo de la carretera y me estaciono para tanquear el auto. Una vez nos bajamos todos le pregunto a Alex si puede el encargarse de eso, para que Emma y yo vayamos a comprar, el asiente con la cabeza y Max se queda mirándolo con sus grandes ojos verdes.

Tomo de la mano a Lily y entramos al local, la iluminación es pobre y la mayoría de los estantes están vacíos, un escalofrío me recorre la espalda y miró a Emma que se agacha por unas botellas de agua, camino hacia el fondo de la tienda con la pequeña, su cabello rubio se ve casi castaño mientras su mano aprieta la mía, en un momento Lily ve algo y se suelta de mi agarre para ir por un pasillo de accesorios, va hasta el otro extremo del pasillo donde esta eso que le llamo la atencion, toma el objeto, es una tiara de plástico, suspiro y desacelero el paso a la mitad del pasillo, de la nada escuchó una risilla y por detrás de Lily se alza una sombra. Es un hombre. Toma por la cintura a Lily y esta grita, él le pone la mano en la boca, corro desesperada persiguiendolo mientras grito por ayuda, en un impulso saltó haciéndonos caer al piso a los tres, él me mira, unos ojos oscuros y llenos de lujuria, intenta arrancarme la blusa con sus manos callosas, levanto mi rodilla pegandole en los genitales, ruedo para alejarme de él y busco a Lily, está en un charco de sangre, busco la herida y rápidamente lo veo, tiene una navaja clavada en las costillas.

- ¡Maldito hijo de puta!- gritó mientras pateo al tipo que sigue tirado en el piso, miro en los estantes y me doy cuenta que estamos en la sección de deportes, una bola de boliche está a solo unos pasos de aquel maldito, pisándole la cabeza me acerco hasta ella y la tomó, retiro mi pie y dejó caer la bola en su espalda. El hombre grita de manera desgarradora, tomo un par de medias de fútbol y se las meto en la boca para callarlo. Vuelvo mi atención hacia a Lily, su vestido blanco está rojo en todo el pecho y parte de su cabello también está manchado de sangre.

-No, no,no- susurró mientras intento frenar el flujo de sangre- por favor no- las lágrimas ruedan por mis mejillas y la sangre sigue manchando el vestido de la niña, ella gimotea, me mira a los ojos, se puede ver el dolor en todo su rostro, en especial en su mirada, grita al intentar moverse, finalmente rompe en un llanto desconsolado que poco a poco se va apagando y ella tambien se apaga.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2016 ⏰

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