Capítulo 1

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Narra Jay

Siento la luz sobre mí, los rayos de sol que atraviesan mi ventana y se posan sobre mi rostro. Cierro los ojos con fuerza, tratando de evitar la luz, al ver que no surge efecto me tapo con las sábanas y me hago un ovillo.

-Jay, hay escuela.-Me arruina el día mi hermano destapándome.

Ni siquiera me muevo, me quedo quieto en la misma posición esperando a que me deje de molestar, o que al menos piense que estoy muerto.

-Jay.-Alargó la "a".-Si no te levantas por tu cuenta lo haré a mi manera.-Me amenazó. En eso yo abrí un solo ojo y lo miré.

-Jay no está, deje su mensaje después del tono. Bep.-Dije alargando la "e" y volví a cerrar los ojos, luego tuve un intento fallido de taparme con las sábanas, pero mi hermano volvió a despojarme de ellas.
Oí la risa de mi hermano.

-Jay.-Volvió a repetir mi nombre, pero esta vez se me tiró encima.

-No.-Dije abrazándome a la almohada.

-Jay, me canso de tener que hacer esto todas las mañanas.-Me dijo acomodándose encima mío de forma que él estuviera cómodo.

-Entonces deja de hacerlo.-Le dije cerrando más fuerte mis ojos, debido a la luz que seguía azotando mi cara.-Y cierra la puta ventana.

-Jay, sabes lo que haré si no te levantas.-Abrí ambos ojos y lo miré mal, él solo me sonrió; definitivamente no iba a devolverle la sonrisa.

-Bien.-Dije simplemente, y con ello bastó para que se levantara de mi cama, y de mí, y se fuera por la puerta.

Me levanté lentamente ya que no tenía ganas, me dolía todo, principalmente porque mi hermano se tiró encima mío, o por otras cosas que pasaron el otro día... En fin, una vez que me levanté de la cama busqué mi buso gris oscuro para ponerme, solo eso ya que, yo ya traía puesto un pantalón negro roto junto con una remera manga corta negra. Una vez que me cambié salí de la piesa y fui directo al baño para lavarme los dientes.
Cerré la puerta a mis espaldas una vez que entré al baño y debido a que hay un gran espejo enfrente del lavabo de este no pude evitar mirarme; aunque no quería. Me miré al espejo y volví a juzgar mi apariencia una vez más. Cabello negro, despeinado, enmarañado, no suelo peinarme, también un poco arruinado debido a la tintura negra. Ojos color verde oscuro, debajo de estos unas grandes ojeras, y piel pálida, no me gusta, me causa mucho daño en la piel al tenerla tan pálida. No me gusta mi cara, no me gusta las facciones que hay en ella, no me gusta la forma que tiene, no me gustan las pecas que inundan mis mejillas. Me odio.
Dejé de mirarme al espejo y de juzgarme, porque sino tardaría días en salir del baño, y me lavé los dientes.

Una vez que salí del baño caminé escaleras abajo, miré a mi hermano, quien estaba desayunando en la mesa, y busqué con la mirada mi mochila. Cuando por fin la encontré encima de una silla la puse sobre mis hombros e iba a retirarme.

-Sé la respuesta, pero, ¿no queres desayunar esta vez?-Dijo mi hermano sin dejar de comer, o siquiera apartar la mirada de su plato para poder mirarme. Esa es la misma pregunta que me hace todos los días antes de que me pueda ir.

-No.-Nunca desayuno, suelo ir con el estómago vacío a la escuela.

-Bien. ¿Quisieras qué te acompañe?-Me preguntó, esta vez, mirándome.

-¿Tenes auto?-Pregunté sabiendo la respuesta.

-Pues no.-Dijo obvio.

-Entonces no.-Dije abriendo la puerta de la casa para después salir y cerrarla tras de mí.

Suspiré y comencé a caminar, me puse la capucha y escondí mis manos, más bien mis mangas, ya que el buso me llega hasta los dedos, en el bolsillo de el buso que traía puesto.

Mensaje erróneo [Cancelada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora