Introducción

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Había una vez, en una tierra muy lejana, un rey llamado Alexander que gobernaba el reino de Reichfield. A su lado tenía a su hijo Nicholas de apenas 3 años, y a su consejero Mateo. Su esposa, Margaret, murió dando a luz a su hijo, dejando así sellado al que sería el único heredero a la corona. Desde la muerte de su querida esposa, se sentía más solo que nunca. El rey intentó encontrar a un reemplazo para llenar el vacío dentro suyo, pero nunca encontró tal belleza que se comparará con su querida Margaret. Hasta que lo encontró.

Un libro antiguo describiendo a un mundo parecido al suyo, un mundo en el cual había nuevas rarezas y curiosidades por descubrir; hablaba de nuestro mundo.

Tratando de escaparse de su realidad, se transportó al mundo que conocemos y se encuentra con una joven encantadora llamada Elizabeth. Rápidamente cae rendido ante su encanto y sucumbe a una noche de pasión con ella. El rey, después de un tiempo y asimilando lo que acababa de hacer, se sintió afligido debido a que pensaba que había engañado a su esposa, y aunque esté quería encontrar a otra; se dio cuenta que se sentía horrible. Enojado consigo mismo, abandonó a la bella mujer, dejándola afligida y con el corazón roto.

Así, Alexander se transportó de vuelta a su reino, dejándola con el recuerdo de esa noche, pero el rey pensó que fue muy descortés de su parte. Para que ella no se sintiera tan triste y, admitámoslo, usada; le dio un obsequio. Era una caja musical, con la sintonía de su reino una canción hermosa que para algunos significaba el adiós, y para otros, el reencuentro. El rey lo veía como la primera opción, pues esperaba nunca volver a este mundo, en el cual había engañado a su esposa y tenido una aventura con una extraña.

Lo que el rey no contaba, es que dejó otro regalo, el cual iba a traer muchos problemas.

Realeza Vs RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora