(Capítulo 1)

73 10 1
                                    


- ¡El desfibrilador, rápido la perdemos!

Veía mucha gente en ese cuarto de hospital, pero que hacia yo aquí, comencé a preguntar quién era a la persona que estaban reanimando pero no obtuve respuesta alguna, comencé a caminar y una enfermera que corrió hacia la puerta de salida me atravesó, que estaba pasándome y quien era la persona en la camilla, fui hasta donde estaba dicha camilla y me vi a mi acostada con sangre saliente de mi boca...

- Acaso estoy muerta.

- Así es, pero no es tu tiempo.

Mire para donde oí provenir la voz y era un hombre vestido de negro que ocultaba su rostro, porque me dijo eso, acaso también está muerto y me puede ver, de pronto sentí un dolor fuerte en mi corazón, era como si algo me arrastrara y me comprimiera, lo único que pude volver a ver fue al doctor con una mirada victoriosa de haberme reanimado.

- Buen trabajo equipo, ahora solo hay que estabilizarla y dejarla en reposo.

Estaba tan exhausta, sentía mis parpados pesados que lo único que hice fue dormir y caer en un sueño profundo...

Desperté después de no sé cuántas horas y vi a una pequeña niña quemada de su cara a mi lado mirándome.

- ¿Qué pasa pequeña?

- Estoy esperando a mi mamá, ya lleva mucho tiempo que no vuelve.

- ¿Y a donde fue ella?

- Por café, me quede dormida y cuando desperté ya era noche y no ha vuelto.

- Dime como es y te ayudare a buscarla.

- Es ella.

Con su pequeña mano que también estaba quemada, me mostro una foto de una mujer de casi 30 años, unos hermosos ojos cafés, con una gran melena rubia, la mujer era de tés blanca y la niña era idéntica a ella. En eso que me puse a observar la foto, cuando voltee a donde estaba la niña no había nadie.

- Buenos días, señorita Brent.

- Buenos días, disculpe ¿y la niña?

- ¿Niña?, ¿Cual niña señorita?

- La que estaba aquí conmigo en un lado.

- Lo siento mucho, pero solo yo he entrado.

- Creo que soñé entonces.

- Se dio un gran golpe contra el carro que la atropello, de gracias a Dios que está viva.

- ¿Y dónde está el?

- Se está encargando de pagar su cuenta de hospital, pero si levanta cargos, tendrá mucho tiempo para pensar en lo que hizo en prisión.

La enfermera salió sin antes darme una gran sonrisa y me puse a pensar en ese tal "Dios", si existirá mi madre no hubiera muerto en el parto y mi padre no me habría dado en adopción. Pero ahora eso no importaba, lo único que me dejo pensando fue esa niña que me dio la fotografía, quien seria.



Almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora