(Capítulo 2)

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Ya ha pasado una semana desde que ocurrió el accidente y no volví a ver a la pequeña, al voltear a la ventana note a un chico de cabello negro de piel morena recostado en el sillón de la habitación.

- Eh, tu.

El chico abrió los ojos, su mirada era poderosa, parecía como si quisiera intimidar a quien lo mirará fijamente, sus ojos negros como la noche presentaban un gran vacío, es como si estuviera mal.

- Veo que ya despertaste, me retiró.

Se levantó y se fue de la habitación sin decir más, cerró la puerta con un gran azoton que me hizo dar un pequeño salto en mi cama, es raro ya que jamás lo había visto en mi vida.

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