Avanzando

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— ¿Cuánto tiempo piensas seguirme? —

—El suficiente hasta llegar a tu casa —

—¿eres una especie de acosador? — Fushimi detuvo sus pasos para encarar al pelirrojo que le seguía desde hace un buen rato. No llevaba ni un mes en el colegio y ese chico escandaloso ya le traía problemas —escucha, Yata... el que ya hayamos entablado una conversación de más de dos palabras no significa que ya puedas venir a mi casa... —

—ehhh... no seas apático. Anda llévame a tu casa — le sonrió dándole pequeños golpes con el codo —Fushimi, así se hace más fuerte nuestra amistad— eso sí que no le gustó al pelinegro. Frunció el cejo e ignorándolo comenzó a caminar con más rapidez para ver si así perdía al pelirrojo. Algo muy difícil de hacer.

—¡O-oye!...¡espera! — sujetó bien su mochila y corrió hasta alcanzarlo. El pelinegro chasqueó la lengua y de forma imprevista giró a contra esquina, saltando unos arbustos que daban a una cafetería y fue ahí donde le perdió. Misaki se detuvo torciendo una mueca —¡Saruhiko! — gritó estirándose pero ya le había perdido —...joder... la próxima vez no escaparás — se dio vuelta y regresó por el camino rumbo a su casa.

Se asomó por los ventanales del aquel lugar y al no verlo salió. Acomodó sus gafas —raro... —musitó yendo entonces para su casa. Durante el camino estuvo pensando las palabras que le había dicho "amigos" ,ciertamente él no necesitaba de esos. Era muy difícil que él considere amigo a alguien y el pelirrojo estaba incluido en su lista. Además de que era escandaloso y mal hablado. Bueno, debe admitir que era entretenido pero no por eso será su amigo. Pero su insistencia era de todos los días...

~

—¡Saruhiko, almorcemos juntos! —

—...¿Ah?... — dejó el tenedor con la pasta para mirarle ¿cómo lo había encontrado? —estoy bien solo — Misaki sin más tomó asiento a su lado, sacó sus cosas y se dispuso a comer para molestia del pelinegro, ¿es que no conocía el espacio personal? Pero tenía hambre así que lo ignoró... o eso trató.

—Oye ¿por qué no te comes eso? — apuntó los vegetales que aguardaban a un lado de su plato. Fushimi hizo una mueca —los detesto —

—¡qué raro eres! Es la primera vez que escucho eso de alguien — y sin más los pinchó llevándoselos a la boca. Al menos le salvó de comerse eso asqueroso.

—por cierto... ayer te escapaste... eres cruel — hizo una especie de puchero, Fushimi ladeó una sonrisa burlona —eres lento... además te dejé en claro que eso no era posible — Yata bufo recargándose en el muro —como sea... no es la primera vez que pasa...— de pronto, su rostro cambió a uno triste y dejó salir un largo suspiro. Saruhiko enarcó una ceja pero no preguntó más.

El almuerzo terminó en silencio, mismo que Misaki rompió al ponerse de pie —¡vamos a los arcades después! — Saruhiko hizo una mueca poniéndose de pie, sacudió sus ropas y recogió sus cosas —creo que no se puede Yata.. Tendremos tarea — ¿qué? ¿Estaba accediendo? Misaki sonrió descubriendo un punto a su favor así hablaría más del tema.

—Podemos hacerla después de clases, y luego vamos— sonrió emocionado tanto que contagió al frío Saruhiko. Éste bufo cruzándose de brazos —bien... pero si no acabamos no iremos— eso fue más que suficiente para poner al pelirrojo contento. Primero porque Saruhiko al fin había aceptado ir a algún lugar con él y segundo haría la tarea con él.

—te veo al a salida— dicho esto, Misaki salió corriendo a su aula, ya que tenían clases separadas, no quería ser castigado y arruinar su salida. Por su parte Saruhiko asintió y después reaccionó... había aceptado. Chasqueó la lengua, era débil a los videojuegos, eso no lo podía negar pero cómo pudo hacerlo así de fácil. Maldijo. Suspiró. No le quedaba de otra o sino seguro estaría detrás de él todo lo que resta del año.

Dirty Little Secret [SaruMi-K Project]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora