Papá.

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Cinco años atrás.

Esperaba ansiosamente sentada frente a la mesa de vidrio templado dónde se encontraba mi pastel de cumpleaños número doce; estaba repleto de flores y un perfecto «Cassidy» en letra cursiva color lila se ubicaba al centro, rodeado de tulipanes, rosas y todo tipo de flores que el pastelero se había encargado de realizar para la decoración de mi pastel de doce años. ¡Estaba a un año de ser una completa adolescente! Eso era lo que mi papá me recordaba constantemente, recordándome que no podía tener novio hasta los veinticinco años.

En mi fiesta estaban todos mis amigos de la escuela, también había invitado a Tifanny y a su escuadrón, ellas siempre habían dicho que mis fiestas eran aburridas pero papá me prometió traer a Selena Gomez a mi fiesta, él tenia mucho dinero y contactos con gente poderosa, por lo cuál le creía sin siquiera dudar. El reloj marcaba las siete pm y todos empezaban a irse, Selena y papá aún no habían venido y Tifanny me veía a los ojos con una sonrisa burlona. Miré a mi mamá con un poco de miedo en los ojos, papá nunca me había quedado mal para un cumpleaños y sólo esperaba que viniese ya...

Escuché el sonido del timbre en la puerta principal y con una sonrisa en mis labios, me levanté de donde estaba sentada. Corrí a abrir la puerta y me quedé en completo silencio al ver a un oficial de la policía frente a mi. Era el oficial Peters, un gran amigo de papá y quizás lo más cercano a un tío.

—Cassidy, preciosa... —Se colocó a mi altura y con fuerza, me abrazó. Cerré mis ojos, sintiendo como sus lágrimas corrían por mi hermoso vestido de lunares rosas.

—¿Y papá? ¿Ya va a venir? Sabes, realmente no me importa si viene Selena Gomez o no, sólo con tenerlo a él aquí basta. ¡A quién le importa lo que la cabezota de Tiffany piense! —Sonreí separándome de él unos centímetros y mirando sus ojos azules, brillar de manera extraña.

Él se levantó sin darme respuesta alguna y pidió a los padres de mis amigos retirarse, todos empezaron a irse y yo me quedé en silencio sin entender qué sucedía. Habló con mamá en secreto, una vez que todos se habían ido y sólo nosotros tres estábamos en casa, vi a mamá con miedo y un poco de decepción en los ojos, ella cayó al suelo con lágrimas corriendo por su rostro y corrí a ella, dándole un fuerte abrazo.

—¡Mami, no llores! ¡Por favor! —Le pedí intentando quitar sus lágrimas con la palma de mis dedos.

—Cassie, papá ha muerto. —Su voz era débil, los sollozos no le dejaban hablar bien y yo sentí un doloroso escozor en el pecho.

Papá me había dicho que mis abuelos estaban muertos, y que por eso no los vería nunca más.

Mamá me había explicado por qué mi Looti, mi hámster, ya no estaría en su jaula. Era porque había muerto y jamás volvería a verlo.

Ahora papá había muerto.
Pero sí ayer había hablado con él.
Ayer él me había cantado esa canción que tanto nos gustaba cantar.
Ayer papá seguía conmigo.
Y ahora no lo vería más.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2016 ⏰

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