El silencio había cubierto la habitación y solo se escuchaba la respiración entrecortada de África junto a sus suspiros entrecortados por las lagrimas.
- Abrázame fuerte, por favor - murmuro entrecortadamente - no me suelte.
- Hey - levanto su mirada y seco sus lagrimas - No voy a dejarte. ¿Porque lloras?
- Porque no quiero perderte, no de nuevo.
- África mi amor, nada jamas podrá separar nos, no vas a perderme aunque quieras.
- ¡Tu no entiendes! - lloro mas fuerte.
- ¿Que es lo que no entiendo? - Pregunto Ángel muy tranquilo.
- Dentro de poco muy a despertar y voy a darme cuenta que ya no estas aquí conmigo - Se le fue la voz esas ultimas palabras.
- Siempre voy a estar contigo - murmuro junto a sus labios besándola lentamente demostrándole todo su amor - Escúchame - la miro a los ojos - no importa que yo no este junto a ti físicamente, lo importante es que voy a estar aquí - poso su mano cerca de su corazón - y pase lo que pase recuerda que siempre te voy a amar, no importa el tiempo que pase, o lo que hagas, lo único que importa es el amor que nos tenemos mutuamente y que supera las barreras de la muerte, disfruta la vida, vuelve a amar, y enséñale al mundo lo talentosa que eres, forma la gran familia que siempre has querido y cuando llegue tu momento de partir voy a estar aquí esperándote. Te amo, por siempre y para siempre.
La alarma sonó y lentamente África abrió sus ojos encontrándose nuevamente sola en su habitación, pero la sensación de los brazos de Ángel alrededor de su cuerpo junto a su aroma no la abandono.
Estaban unidos incluso después de la muerte.