Odio las fiestas, eso no va a cambiar. Tanta gente por todas partes...parecen hormigas dentro de su hormiguero, se retuercen, se alimentan, me dan asco, sin embargo, ahí estaba yo convirtiéndome en uno más.
Las guitarras acompañadas de la batería sonaban a tres cuadras de distancia...la emoción que emitía interiormente salía al exterior como vapor en una cafetera hirviendo.
Tiffany me miró de reojo y sonrió.
Llegamos a la entrada del bar, donde no se nos oía ni gritando, y entramos.
Mi cara de fanático obsesivo se ha de notar mucho ya que Tiffany me agarró el brazo e hizo un gesto para que me tranquilizara. Ahí estaban ellos, John junto con su guitarra, Socl junto a su batería, y Gus y su potente voz interpretando Beautiful sobre el escenario. No podía creerlo.
Luego de que terminaran de tocar se despidieron del público y firmaron autógrafos. Un folleto de ellos junto a cada una de sus firmas se posaba en mis manos.
Nos sentamos en una mesa del fondo junto con Sergio y su amigo. Sergio sacó una baraja de cartas de su abrigo y se dedicó a mezclarlas, yo nunca jugué con cartas.
-Jugamos una partida de Póker?-Dijo el amigo de Sergio, Nohra.
-A que otra cosa si no.-Dijo Sergio riendo.
-Ya van a ver como les gano con los ojos cerrados.-Soltó Tiffany.
-Jueguen ustedes, yo no sé jugar, no quiero molestar.
-Hay, ¡por favor! Es fácil, mira...-Sergio me explicó todo animadamente en menos de cinco minutos.
-¿Lo entiendes? -Asentí.
Pasaron hora y media junto a 6 rondas.
Absorto en mis pensamientos percibo un pinchazo bajo las costillas hasta que entiendo que fue a causa del codazo que Tiffany me dio. Con una mueca de dolor la mire a punto de reprochárselo hasta que vi que sostenía una baraja de cartas sobre sus manos apuntándome con ellas. Es verdad, estaba en un bar de la calle Rollpeurt, junto a ella y sus amigos jugando una partida de Póker. Me dedico a contemplarla durante un segundo, le digo que iré a por algo de aire fresco y me retiro de la sala.
Afuera corría un aire perfecto, las suaves brisas recorrieron mi rostro despertándome...algo seguía dando vueltas en mi mente...aquel rostro...aquella sombra que vi por la ventana del colectivo.
Me era familiar aquella sonrisa. Justo cuando lo oí, alguien me llamaba, pero no desde la puerta del bar. Me doy media vuelta automáticamente hacia la calle y lo veo. Aquella sombra del colectivo, plasmada delante mío como si fuese un fantasma. Las luces de la calle no lo iluminaban completamente, solo se podía observar cierta parte de su aspecto. Un abrigo enorme de cuero recorría su cuerpo, un bigote sacado de una vieja películas posaba sobre su rostro esquelético y lleno de arrugas. Me sonreía.
Mi cuerpo no reaccionaba, me quedé hundido sobre mis pies. Aquel hombre que pronunció mi nombre me miraba fijamente con una mirada fría, tan fría que me erizó la piel. Se dio media vuelta y empezó a caminar en dirección de la fábrica abandonada que cortaba la calle a una cuadra.
No atiné a otro movimiento, clavé mi mirada en aquel hombre y lo seguí, lentamente. Sus gruesas botas emitían un sonido metálico a cada pisada, inclusive con el fuerte sonido del bar se podían oír aquellas pisadas. No entendía, no sabía como aquel hombre sabía mi nombre. ¿Quién era? ¿Lo conocía? Miles de preguntas daban vueltas en mi mente.
Tras largos minutos el hombre se dirige a la puerta trasera de la vieja fábrica, yo, como si estuviese en modo automático lo seguí. Lentamente el gran portón de chapa negra cede tras un empujón de parte del extraño. El olor penetrante de humedad que emanaba de aquel lugar me daba náuseas. El hombre prosigue caminando al interior del almacén mientras yo lo sigo con la mirada. Una extraña risita se escucha provenir desde el interior de aquel lugar. Una vez más, aquel extraño sentimiento de familiaridad recorre mi cuerpo.
Sin más esperas me paro en el umbral del gran portón donde observo que las paredes y el piso exigían a gritos una pintura y una limpieza. El extraño hombre me observaba a una distancia de unos cinco metros. La única luz provenía de las ventanas del lugar, por lo tanto seguía sin distinguir quien era aquel peculiar hombre. Su bigote parecía más imponente y en su rostro una torcida sonrisa se dibujaba. Sus ojos en la oscuridad emanaban un brillo extraño pero tranquilizador. Cansado ya del aquel silencio incómodo, me dirigí hacia el con voz segura, o bueno, esa era la intención.
-¿Quién eres y cómo supiste mi nombre?-mi voz era temblorosa.
-En verdad haces esas preguntas pequeño Daniel.-su tono de voz daba la impresión de estar cansado.- No me sorprende que nunca te hablaran sobre mí. No terminamos muy bien la última vez que hablé con tu madre.- ¿Qué? ¿Este hombre conoce a mi madre? ¿Qué es esto?
-No me digas pequeño. Y no, no te conozco, no se quién eres. ¿Cómo conoces a mi madre? Explícate detalladamente.-La intriga se profundizaba en mi rostro. En el parecía haber un dolor por cada una de mis palabras.
-No creo que sea el momento adecuado. Lo descubrirás con el tiempo. Pero, mantente alerta, podrías descubrir algo que cambiará tu vida.-Sus palabras se tornaron apagadas.-Y podrías descubrirlo de la peor forma.
-¿A qué te refieres con de la peor forma? Déjate de rodeos.-Mi voz era seca, pero cierto tono de preocupación daba vueltas en ella.
El extraño hombre sonrió.
-Lo único que te diré es que alguien no tan cercano podría aparecer.-Su sonrisa desapareció.-Así como alguien cercano podría desaparecer.
Y sin más se colocó unos guantes marrón oscuro por lo que la débil luz me permitía ver, y se encaminó hacia donde me encontraba parado. Un escalofrío recorrió mi ser. Aquel hombre parecía el personaje de un policial, un oscuro policial. A cada paso que el hombre daba un estremecimiento recorría mi cuerpo. Su imagen se acercaba lentamente mientras el pánico helaba mi sangre.
-Me asesinará-Pensé.- ¡Joder! ¡Haz algo! ¡Muévete!- Mi sistema nervioso no reaccionaba. Me quedé plasmado, las suelas de mis zapatillas parecían estar pegadas al suelo.
Un metro de distancia, solo eso nos separaba. El hombre parecía buscar algo en los bolsillos de su gran abrigo. Lo encontró.
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Recuerdos trastornados.
Teen FictionLa vida de un chico se ve tras la sombra de la misma pregunta estos 16 años. ¿Podrá el descubrir la verdadera respuesta? Nadie lo sabe. ¿O sí? Su mejor amiga Tiffany trasará una vuelta en su vida. Distintos personajes le darán pistas... ¿Lo podrá...