-No más-

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Narrador omnisciente.

Luke luchaba contra el cinturón de Michael, queriendo bajar rápidamente sus pantalones.

Pero entonces Michael volvió a la realidad.

Miró hacia arriba y vio como los ojos inyectados en sangre del rubio recorrían su anatomía, como sus manos temblorosas querían desnudarlo, como su aliento a alcohol estaba sobre todo su cuerpo. Ahora se dio cuenta que lo que antes habían sido sentimientos puros y amor, ahora era pura lujuria y arrepentimiento.

Este no era su Luke.

"Luke basta" dijo en tono firme, quitando las manos del rubio de su cintura.

Luke frunció el ceño, ignorando la petición del teñido subió de nuevo sobre su regazo, besándolo descuidadamente, pero con la única diferencia de que sus besos ya no eran correspondidos.

"Te he dicho que pares" soltó fríamente alejando la cara del rubio de la suya.

Luke lo miró con confusión o frustración, la verdad es que era imposible descifrar lo que decían aquellos ojos rojos por las sustancias que había estado tomando el rubio.

"Por favor Mikey, los dos sabemos que queremos esto" susurró cerca de su oído, causándole un escalofrío al recién nombrado.

"No se tu Luke, pero yo no quiero volver a tener un corazón roto por tu culpa"

"Solo déjate llevar bebé" dijo mordisqueando el ovulo de su pálida oreja.

El teñido negó mientras con sus manos tomaba la cintura del rubio, bajándolo de nuevo de su regazo, quedando los dos sentados frente a frente, azul con verde mezclándose.

"No Luke, no soy una puta para satisfacer tus necesidades, te recuerdo que ya tienes una personal que esta abierta para ti las 24 horas. ¿Porqué cambiarías ese cuerpo por un gordo con depresión como yo?" Dijo al borde de las lagrimas, pero esta vez no salieron de sus verdes ojos, ya se había cansado de llorar.

"P-pero, regresaste, me besaste como solías hacerlo" a este punto al ojiazul le temblaba la voz y algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

"Luke no te confundas, regresé por mis cosas, tu ya dejaste de ser lo mas importante para mi"

Terminó el teñido tomando su camisa pasándola por su poco trabajado torso, levantándose del frio suelo, a lo que lo siguió el rubio, con la rabia apoderándose de su cuerpo.

Luke soltó una risa amarga, posicionándose enfrente del pelirrojo, tomando su delicada mano y mirando todas esas vendas alrededor de sus blancas muñecas.

"No me hagas reír, aunque digas odiarme siempre volverás hacia mi, llorando y pidiendo perdón, como lo fácil y débil que eres, date cuenta Mikey, esta no es una maldita película Disney donde hay un final feliz, no es como cenicienta, y si lo fuera, créeme que tu serias una de las hermanastras, triste e infeliz, así es la vida del pequeño Michael. El que no debería confundirse eres tu, bebé"

Michael se zafó de su agarre bruscamente, bajó la cabeza observando sus muñecas.

Tal vez, tenía razón.

"¿La verdad duele no?" Tomó su mentón observando esos orbes verdes enrojecidos por las lagrimas "por eso las personas prefieren tener los ojos cerrados Mikey".

Pero el ya no quería acumular sus lagrimas bajo sus párpados cerrados.

"No volveré a caer en tus manos Hemmings, no caeré en tus estupidos juegos de palabras"

Dicho eso, tomó su iPod sobre la cama y salió de la habitación, reteniendo sus lagrimas una vez mas.

Antes de que Michael tomara el picaporte las palabras del rubio se lo impidieron.

"Las personas como nosotros, debemos de estar juntas, ahogándonos en nuestras propias lágrimas, sin un final feliz"

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So, esto es el producto de escuchar a Melanie mientras escribes.

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