CAPITULO Nº 2

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Mariano recobró el conocimiento una hora después. Mientas tanto, la recién llegada revisó cada rincón de la habitación. Sacó varias conclusiones respecto al muchacho. Era universitario y trabajaba. Algo muy distinto al mujeriego de anoche.

Él se quedó recostado en el suelo observando el techo. Podría haber sido un sueño producto de su bebida. Algo que le pareció raro ya que solo consumió gaseosa. En su campo de visión, apareció una chica de cabellos negros.

—Necesito más horas de siesta —susurró para sí mismo, al tiempo, que colocaba un brazo sobre sus ojos.

—No seas perezoso. Necesito tu ayuda.

La chica se acuclilló para disminuir la distancia entre ellos y tener contacto visual. Él la ignoró y siguió en su misma posición. Ella se enojó, algo que le viene sucediendo seguido. Quiso que una almohada se le estampe en el rostro. En el momento siguiente, su deseo se hizo realidad. A gran velocidad, el objeto sale disparado hacia Mariano dándole un gran impacto.

—¡Wow! —exclamó asombrada.

Mariano sabe que no había nadie más en su habitación quién le arrojase el objeto y que todo lo que había dicho la chica parecía ser verdad. Se levantó temeroso y la observó. Era una chica que pasaría inadvertida por su apariencia.

—¿Qué tipo de ayuda buscabas? —preguntó dudoso.

—Mi nombre es Rinny. Busco la felicidad de Rocio, mi hermana. Por favor, necesito que me ayudes —. Inclinó la cabeza para demostrar su urgencia.

Él parecía analizar sus palabras ante su silencio. La observaba mientras movía su dedo índice sobre su mentón.

—Primero, debo ver a tu hermana para entender.

**********

Mariano caminó por los pasillos del cine mientras que Rinny le indicaba el lugar donde debían sentarse. Le sorprendió al afirmar sus sospechas. El único que podía visualizarla era él. Lo miraban raro porque hablaba solo y por eso, se cuidó de no hablar en público.

La función ya había comenzado. Según Rinny, su hermana se encontraba en una cita con su novio. Se sentó tres asientos de distancia de la pareja y en la oscuridad, era difícil ver a la gente. Por lo que, tuvo que ver aquella película que no era de su agrado. En cuanto las luces se encendieron, se sorprendió al ver al chico. Parecía su amigo. Ese cabello castaño peinado de manera desprolija era fácil de reconocer. Pero tenía sus dudas.

Toda duda desapareció cuando se dio vuelta y pudo ver sus ojos. Ojos color verde claro.

En cada problema que había, inevitablemente, Ezequiel se encontraba involucrado. Era un tarado. Siempre le aconsejó que no jugara con las mujeres. Algún día, le tocaría una loca. En este caso, le tocó un fantasma. Ese fantasma quiere que lo ayude y por alguna razón, tiene algunas sospechas de lo que pueda ser.

Una bolsa de pochoclos salió volando hacia la cabeza de Ezequiel. Lo cual, impactó dejándole restos de pochoclo por todo su cabello. Juró por lo bajo y levantó la mirada enojado buscando al culpable. Algo difícil. Porque el culpable era un fantasma y se encontraba al lado de Mariano mirando con satisfacción el desastre.

**********

Mariano estaba en una contradicción. Era su amigo a quien buscaba Rinny. Pero también quería ayudar a su hermana. Podía ver en su rostro la ilusión de una novia al estar junto a su pareja. Algo muy distinto en Ezequiel. Sabía que no la tomaba en serio. De lo contrario, lo habría mencionado en su círculo de amigos.

Rinny miraba furiosa al canalla que tenia por novio su hermana. Se prometió que la ayudaría a ver la realidad y que encontraría la felicidad en otro lado que no sea aquel idiota. Había tantos hombres en el mundo que no entendía que vio en él. Podría ser su buena presencia y su amabilidad con las mujeres. Un error atroz que su hermana aún no sabe que cometió.

Los siguientes días, Rinny se la paso en la casa de Mariano. Era cómoda y tenía a su alcance a la persona con quien podía comunicarse. Mientras que él trabajaba y estudiaba, ella se la pasaba viendo a su hermana y a Ezequiel. Rocio era feliz en la relación y una gran sonrisa era la prueba de aquello. Ezequiel hacía su vida de mujeriego y a la vez, trabajaba.

Rinny se sorprendió al ver que una tarde Mariano le preguntó por su vida anterior. Parecía interesado y eso era asombroso. Ella no hacía nada en la cual destacase. Trabajaba y estudiaba. A veces, salía con sus amigas pero casi siempre, se la pasaba leyendo. Él la escuchaba con atención. No entendía que le sucedía pero ese tipo de atención la emocionaba. Cuando Mariano comía, él le ofrecía un poco. Ella reía mientras le agradecía. Pese a su estado, él no perdía su caballerosidad.

Luego de dos semanas de estar siguiendo a Ezequiel, Rinny decidió que era hora que su hermana cortará con él. Así que ideó un plan para desenmascarar al mujeriego. Mariano le proporcionó la información necesaria para idearlo. Pero primero, necesitaba que él se acercara a Rocio. Por eso, lo instó a que se acercara a ella. Como era fanática de la lectura al igual que él, ese fue el punto clave.

Una tarde, de manera "accidental" tropezó con Rocio en una tienda. Desde ese momento, comenzaron a hablar. La amistad comenzaba a crecer y eso a Rinny le daba un gusto agridulce. Por un lado, le emocionaba que su hermana tuviera ese tipo de amistad pero por otro lado... estaba molesta. Un enojo irracional se formaba cuando él estaba con ella y la trataba amablemente.

Ese sentimiento no le gustaba para nada.




SENTIMIENTOS OCULTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora