Las Aventuras de Demiyur

Capítulo 1

El olor a tierra mojada invadía toda la casa. Elysia estaba en la cocina preparando el desayuno, que consistía en huevos, pan, fruta, mermeladas y demás. Demiyur apareció en el comedor y se sentó junto a su esposa en la mesa ya servida. Los dos mantuvieron una agradable charla mientras disfrutaban del desayuno.

–Se acerca el invierno –dijo Demiyur–. Esta noche ha llovido muy fuerte y parece que va a volver a llover durante la mañana.

–Me encanta la lluvia –respondió Elysia mirando por la ventana–. Es tan romántico escuchar cómo llueve mientras nos contamos historias, o mientras paseamos abrazados bajo las nubes. A Elysia le hacen feliz las pequeñas cosas como esas.

–Tan adorable como siempre –Demiyur rió–. Salgamos al Bosque a pasear, y de paso buscaré algo de leña para hoy. El cielo se está cubriendo de nuevo y no quiero que tengamos que quedarnos en casa y no podamos encender el fuego.

Los dos recogieron la mesa y se dirigieron a la puerta de entrada de la casa. Allí se vistieron con ropas más abrigadas, que de momento habían estado guardadas en el armario, y salieron fuera. Demiyur cogió el hacha y sacó los caballos del establo. Tenían dos esbeltos rocines. Uno de ellos, con el que Demiyur viajó tanto en el pasado, era de piel marrón con manchas claras, y su nombre era Tigre. El otro, que Demiyur regaló a Elysia, y que era blanco, fue bautizado como Ave. Aunque los elfos no estuvieran acostumbrados a montar caballos, Elysia aceptó encantada el regalo y aprendió rápidamente a cabalgar.

La pareja y sus fieles compañeros se dirigían a ese bosque. Cabalgaron por el medio de las llanuras hasta llegar al camino que llevaba hacia el oeste, a la entrada del Bosque. Un gran cartel de madera señalaba el comienzo del Bosque de Sorbakar, y advertía a los caminantes de criaturas peligrosas.