No era nada sobre sus ojos. Tampoco guardaba relación con su cabello, ni sus manos ni su piel. Eran sus labios. Era cada palabra que salia de su boca. Era cada beso recibido de esos labios los que me robaban el último aliento y me dejaban sin vida. Eran sus labios de la muerte, los que robaban mi alma, la razón por la que me entregaba. Sus labios, cálidos y perfectos, que encajaban con los míos y que parecían más arte que labios. Sus labios que mataban, que me seducían, eran la muerte. Eran los labios de la muerte.
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Por Debajo De La Piel.
PoetryExpresarse en forma de poesía no es solo sacar lo que llevas dentro, o despojarte de ello. Es dejar tu piel en cada letra escrita, es dejar al desnudo y a la vez en secreto los rincones de tu memoria. Es sentir frío y sentir calor. Es ver en negro y...