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No entiendo qué ha podido pasar. Éponine ha salido corriendo cuando le he dicho que no la guardaba rencor... ¿Y si he dicho algo que la ha molestado? Ya desde el principio la chica no tenía buena cara, y se ha puesto aún más blanca cuando se lo he dicho. Quizá no tenga tiempo para esto, o de verdad se encuentre mal, o que yo haya metido la pata y ahora jamás podríamos llevarnos bien. Fantástico Cosette, siempre haciendo las cosas bien. Tengo un poco de miedo de lo que pueda pensar Marius de esto. ¿Se enfadará si le digo que he molestado a Éponine? Supongo que sí, al fin y al cabo ella es su amiga. Debería de disculparme, pero quizá ni si quiera le apetezca verme. Ay... Debería pagar e irme ya a casa, papá se estará preguntando que dónde estoy si sólo había ido a ver a Feuilly. Encima creo que esta mañana he molestado a Azelma, porque ha salido corriendo y Feuilly le tenía que decir algo importante me ha dicho. Parece como si estuviese enamorado por la sonrisa tan tonta que se le forma en los labios y la cara de tristeza que pone cuando habla de ella. "Siempre parece incomoda cuando está quieta, es como una golondrina encerrada que sólo quiere volar" me dijo cuando le pregunté el porque Azelma llevaba tanta prisa esa mañana.
Dejo un billete de 5€ en la barra y camino hacia fuera, creo haber escuchado a Matelote y Gibelote hablar sobre lo que ha pasado, pero he preferido seguir caminando porque no creo que les caiga bien. ... Creo que no le caigo bien a nadie más que a Courfeyrac y Jehan, que son los únicos amigos de Marius a los que parece que no molesto (y no me dan miedo). Feuilly creo que sólo es amable porque siempre le estoy comprando cosas, pero a veces me lo he encontrado por la calle, le he saludado y ha hecho oídos sordos. Marius me dice que no me preocupe tanto, pero no hay manera de que no me preocupe de estas cosas. Si Marius llega a cortar algún día conmigo voy a estar realmente sola otra vez...
Entro en un callejón para poder acortar el camino hacia casa, no me gusta demasiado pero es de día y llevo las llaves entre los dedos de la mano, por si debo dar un golpe a alguien y salir corriendo. Es horrible vivir con miedo...

-¡Eh, guapa!

Oh, no... Ya faltaba tiempo de que alguien me intentase llamar la atención con su catcall. No se dan cuenta de lo que esto molesta, y creo que me está siguiendo...

-¡Rubia, espera!

Si de verdad espera a que me pare va listo. Tengo prisa por huir, no tengo ganas de que me intenten forzar o algo por el estilo.

-¡Eh, Cottes!

... ¿Cómo me ha llamado? Giro un poco la cabeza para mirarle, él se acerca a mí corriendo, pero no parece amenazante. Su cara me resulta algo familiar, pero no sé ubicarle.

-¿Te llamabas Cottes de verdad? Soy Montparnasse, era hijo de un amigo de los Thénardier, soy unos años mayor que tú. ¿Me recuerdas?

Trago saliva y un escalofrío me recorre entera. No me gusta pensar en aquella época, en lo mal que me trataron, en lo mucho que me hicieron. Habitualmente, cuando las pesadillas hacen inevitables los recuerdos en mí, recuerdo golpes, gritos y demás cosas desagradables, pero no había vuelto a pensar en Montparnasse desde entonces. Sigo teniendo las llaves en la mano, me estoy haciendo daño de lo fuerte que las estoy apretando.

-Soy Cosette, y sí, vagamente te recuerdo.

Cualquiera diría que Montparnasse ha cogido el estilismo de algún musical de los años 80. Va cómo el típico chico malo, vestido de negro y con un tupé. Lleva unas pequeñas dilataciones en las orejas y un cigarro recién encendido en la mano.

-Cosette-lo repite en voz baja, creo que para poder acordarse luego.-¿Has visto a Éponine hoy?

Lamentablemente sí, y la he cagado. La he cagado pero bien.

-Sí, sí que la vi en el Musain. Se ha ido pero no sabría dónde decirte.

-Genial. Gracias, Cosette. Ya nos veremos.

Me ha dado un buen susto. Tragó saliva e intentó calmarme un poco antes de seguir andando. No sé cuando me volví tan desconfiada, ni por qué con Marius fue tan distinto. Creo que desde la primera vez que le vi ya estaba enamorada de él, lo cual no entendía muy bien el por qué, al fin y al cabo, ni si quiera habíamos hablado. Sólo nos mirábamos por el parque. ¿Qué hubiese pasado si Marius fuese un imbecil? Me había enamorado de una tonta idea, por suerte, la idea era real. Llevamos meses saliendo, y le quiero más que nunca. Creo que ahora mismo es el único que puede consolarme un poco por lo que ha pasado hoy, pero tengo miedo de decírselo. Mi padre también me sirve para relajarme un poco y explicarle mi situación, seguro que él lo entiende.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2016 ⏰

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Night in Paris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora