Prólogo

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-Señora Choi, lamento decirle que no hay donantes... además..-pude escuchar como el doctor dejo salir de forma pesada el aire.- a Siwon no le queda mucho tiempo de vida.

Escuche a lo lejos mientras una lagrima caía por mi mejilla, no quería pensar en que mi vida se estaba yendo como agua por las manos, me faltaban muchas cosas por hacer, pero lo que menos quería era hacer sufrir a mis padres con mi partida.

A los 15 años me diagnosticaron Insuficiencia Cardiaca, traron la causa subyacente de la insuficiencia cardiaca, medicamentos y medicamentos, todo eso había "funcionado" pero aun así ya no pude llevar mi vida normal, ya no podía hacer de deportes o salir de forma frecuente. Hace un año los medicamentos dejaron de surtir el efecto esperado. Mi vida dio un giro drástico debido a eso.

Me trasladaron a Estados Unidos hace una semana con la esperanza de un donador de corazón, mi estado lamentablemente era critico, siempre lo fue.

Y hoy, a mis 21 años me encuentro aqui, en esta fría habitación esperando saber cuando moriré, porque si, ya no había esperanzas de vivir, las probabilidades de encontrar un donador en los próximos cinco días eran una en un millón.

Cuando mi madre entro a la habitación rápidamente limpié mi cara y la mire, su nariz roja y sus ojos vidriosos me partieron el alma, no quería esto para ella, en cuanto nuestras miradas conectaron ella intento disimular. Muy tarde.

-Si..won...-siseo mi nombre, mis nervios se pusieron de punta, no quería escuchar eso de sus labios.- no hay donadores...lo siento, cariño.

-mira por la ventana, hacia afuera, el clima no era el mejor, estabamos en pleno invierno. El cielo era gris, mi todo se estaba volviendo gris, tan sumido estaba en mis pensamientos que apenas senti el cálido abrazo que mamá me daba, ahí comprendí. No importa que mi familia fuera millonaria porque el dinero no compra la felicidad, no importa cuantos corazones pudiera pagar mi padre para que yo estuviera bien si no había quien los donara.

-Mamá, por favor no llores....-me abracé a ella como cuando era pequeño, tan fuerte que también empece a llorar, si esto era la voluntad del señor yo la aceptaria, no se cuanto sea el tiempo que me quede, solo se que era poco y yo lo viviría al lado de mis padres.

Al día siguiente.

-Siwon, con estos medicamentos sera menos la fatiga. -dijo el doctor mientras le daba a mamá los frascos color blanco.- también le he dado una dieta, y mas recomendaciones... -nada iba a tomar ni hacer, yo solo quería vivir lo poco que me quedaba de vida, y así sería.

Miraba la ventana nuevamente pensando todo lo que quería hacer tan pronto pisara Corea, lo mucho que me divertiria y de todo lo malo que olvidaría.

-Doctor Sinclar, hay un donador... -irrumpió en la habitación aquella enfermera algo agitada, todas las miradas se posaron en mi, pero las palabras no salían de mi boca, no lo podía creer cuando me estaba dando por vencido algo iluminó mi camino, soy un Choi y debía luchar por mi vida.

-¿Cu...cuándo me operarían?...-dije apenas, pues hasta la voz me temblaba, investigaría quien fue aquella bella persona que decidió darme una nueva oportunidad para vivir.

Recuerdos de otra vida [SiChul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora