Antes de que el YoonMin fuera Real [1° Temporada]

Vacaciones

Dedicada a: andyuzumaki por ser la primera en comentar en el capítulo anterior. ♥

Narra YoonGi

El mánager nos ha dado varias semanas de vacaciones, gracias a nuestras queridas Armys que nos veían muy apagados.

En mi vida he visto a tantas chicas y chicos recolectar firmas, hacer hastags, y comentarios hacia la empresa para pedir día libre para unos idols. ¡Son estupendas!

— Hola Cariño, ¿Ya has despertado? — Preguntó Jimin entrando en mi habitación a lo que nada más verlo una sonrisa enorme se me escapó de mis labios.

— Hola bebé — Saludé cariñosamente. — Ven aquí — Dije dando pequeños golpecitos a la parte vacía de la cama en dónde yo estaba.

Inmediatamente Jimin entró entre las sábanas con una sonrisa alegre dándome un cálido beso en la frente, para luego, recostar su cabeza en mi pecho.

— Me encanta estar así contigo ¿Lo sabías? — Susurró Jimin con los ojos cerrados y una sonrisa que iluminó mi mundo.

— Me alegra saberlo — Dije contento. — Porque a mí también me encanta estar así contigo — Besé su cabezita para no romper nuestra postura tan cómoda.

— Te amo tanto... — Se apegó mucho más a mí apretándo con mucha más fuerza sus brazos que estaban rodeando mi cintura.

— Y yo a tí... — Susurré audible cerrando mis ojos para en un instante quedarme totalmente dormido.

«...»

— ¡Despierta pequeño dormilón! — Dijo una vocesita alegre moviéndome de un lado a otro levemente.

— hm... — Susurré en respuesta con una sonrisa en mis labios pero con los ojos aún cerrados.

— Suga~ — Canturreó Jimin, para acto seguido, posicionarse encima mío sin parar sus movimientos.

— Bésame —Dije sin inmutarme. Jimin me besó los labios cálidamente, a lo que no dudé ni un poquito en corresponder.

— ¿Despertarás ya? — Preguntó entusiasmado y yo asentí en respuesta.

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Una vez listo, Jimin y yo salimos de la empresa para que el coche de esta misma no lleváse a una de esas cafeterías en las que sólo los idols pueden estar.

Una vez llegamos nos encaminamos a una mesa para dos, y sonrientes entrelasamos nuestras manos y nos dirigímos a la mesa en la que minutos antes una señorita nos había indicado.

— ¿Te gusta? — Pregunté sonriente fijándome en Jimin que miraba todo el lugar.

— Es genial — Contestó con una cálida sonrisa. — YoonGi... — Dijo indeciso por si seguir hablando o no.

— Díme — Dije curioso y preocupado.

— ¿Qué pasará si todos se enteran de lo nuestro? — Preguntó triste.