Cretino [HunHan/SeLu]

Cretino

─ Luhan, eres un cretino.

Yixing no dudo en decir la verdad, nunca dudaba en decirla, por mucho que, como en aquel caso, pudiese doler.

Luhan sabía que era un cretino, lo sabía muy bien. Llevaba siendo un absoluto y total cretino desde hacía dos años. Aunque no solo era un cretino, no, también era un cobarde y un mentiroso. Aún no sabía cómo Yixing le había dejado quedarse en su casa, suponía que porque, a pesar de que se le veía con ganas de golpearle, era un buen amigo, el mejor.

─ Lo sé, XingXing, pero vengo a intentar arreglarlo.

─ No, no me llames así, estoy demasiado enfadado como para dejar que me llames así.

Luhan sonrió levemente ─ Entendido, Yixing. Y ahora, ¿puedo entrar? Mi maleta pesa.

─ Pasa ─ dijo mientras se echaba a un lado para que el otro pudiese pasar ─ Aunque te mereces quedarte ahí toda la noche sujetando la maleta con tu estúpida cabeza.

─ Yo también me alegro de verte de nuevo.

Yixing suspiró y le abrazó ─ Espero que hagas las cosas bien esta vez, Lu.

Luhan esbozó una pequeña sonrisa, estrechándose contra el otro antes de separarse y entrar con la maleta para adentro. La llevo directamente a la habitación de invitados de su amigo, que estaba tal y como recordaba, la dejó en el suelo y suspiró.

─ Si no te importa me voy a dar una ducha ─ dijo mirando a Yixing, que asintió y le acompañó al baño, dándole un juego de toallas.

─ Iré haciendo algo para la cena, supongo que estarás hambriento.

Luhan asintió ─Mucho. Gracias ─dijo antes de que el otro saliese y le cerrase la puerta.

Se desvistió rápidamente y se metió en la ducha, poniendo el agua tan caliente como pudo sin llegar a quemarse y cerró los ojos.

Llevaba dos años fuera de Corea, dos años huyendo y escondiéndose y ahora necesitaba arreglar las cosas, pero no confiaba en que fuese a ser fácil. Pero necesitaba con desesperación poder hacerlo. No solo por sí mismo, sino por todas las personas a las que había decepcionado con su actitud, en especial a cierta persona que, en ocasiones, dudaba de que fuera a poder perdonarle.

***

Jongin aparcó su coche frente a la casa de Sehun, tocando la bocina varias veces hasta que este salió poco después. Sehun se montó en el coche y le saludó con una pequeña sonrisa.

─ ¿Qué tal? ─ preguntó el moreno mientras ponía el coche en marcha de nuevo.

─ Bien, supongo ─ dijo Sehun, mirando por la ventanilla mientras cruzaban la ciudad.

Jongin le miró de reojo y suspiró, encendiendo la radio y dejando que las canciones del momento llenasen el silencio del vehículo. Si el menor no parecía con ganas de hablar desde el primer momento era imposible sacarle más de tres o cuatro palabras seguidas si no era estrictamente necesario. Pero Jongin no se cansaba de intentarlo.

─ No se te ve muy contento para alguien que va a recibir el alta médica ─ comentó.

Sehun le miró ─ No es seguro que me la vayan a dar.

─ Siempre tan pesimista.

─ Precavido, no pesimista. Sé que lo más seguro es que me la vayan a dar, pero aun así quiero esperar. Ya sabes que lo de tener suerte no es lo mío.

El moreno suspiró y dejó el coche en el parking del hospital, bajándose después ambos. Entrado por la zona de consultas y, milagrosamente, lograron encontrar dos sitios libres en la sala de espera.