Caminando despacio y sin hacer ruido se dirigió hacia aquella habitación, la habitación donde se suponía que estaba aquella niña que cantaba.
Poco a poco comenzó a abrir aquella puerta. El corazón parecía que se le iba a salir del pecho y las piernas cada vez le temblaban más y más. Entonces, ¡ABRIÓ! - Pero si aquí no hay nadie - dijo mientras miraba de un lado a otro.
De repente miro al suelo y vio algo extraño. Era un oso de peluche.
Se agachó y agarró aquel peluche. Entonces se dio cuenta de que el peluche llevaba una nota en la que ponía: "Mamá, todavía no entiendo porque te has ido y me has dejado aquí. El hombre de la habitación de al lado me sigue mirando mal y por mucho que me esconda siempre me encuentra". - ¿El hombre de la habitación de al lado? ¿De qué hombre está hablando? ¿De quién era esa voz? -