Capítulo 1. "Soy una chica más, nada del otro mundo":

80.7K 2.2K 618
                                    

P.O.V. ______:

Mi alarma sonó a la misma hora de siempre, a las 6:50 la de mañana, hoy era un viernes corriente de Mayo, otro viernes que nunca se volvería a repetir y que valía la pena aprovechar al máximo.

Sobre todo con todo ese montaje que había provocado el “descubrimiento” del calendario de los mayas, aunque en cierta manera, 2012 era un año bastante especial, sobre todo cuando en Chana pasaban del año 3000.

En serio, ellos estaban mucho más adelantados respecto al calendario… era extraño pensar que no sabías el año en que estaba el mundo, por lo menos, no lo sabía del todo.

Me levanté perezosamente, me duché rápido con agua fría (sí, me gustaba de vez en cuando un poco de aventura) y dejé mi pelo mojado. Me vestí con un atuendo normal, al fin y al cavo solo iba al instituto, escogí una blusa gris de manga corta que se ajustaba a mi cuerpo y unos pantalones negros ajustados, no era de llevar accesorios, solo mis pendientes de siempre, los de oro en forma de corazón y con un diamante muy pequeño en el medio, reconozco que eran los que mi madre me había comprado de pequeña, eran especiales.

Sí, reconozco que cuando digo “pequeña” quiere decir que a veces vamos a comprar la ropa junas…

Me miré al espejo de cuerpo de mi habitación, vi a la chica de siempre, la chica de cabellos rebeldes de color castaño claro con los ojos grises, sonreí por inercia, me gustaba mi aspecto, sabía que era muy guapa, me lo decían mucho en el instituto, pero no me gustaba presumir, en realidad, siempre estaba con “los raritos” o, como todos los llamaban “los nerds” o “empollones”. Eran mis mejores amigos, los que me entendían, los que me apoyaban en todo, en mis buenas y malas decisiones, aunque casi siempre era yo la que los metía en líos.

Eran como mis niñeras personales… aunque no cobraran por ello…

Me giré y miré si todo está en su sitio (sí, miré mi culo, ¿y qué?), reí con mi idiotez, la verdad es que sí estaba muy dormida esa mañana. Bajé corriendo las escaleras y, como siempre, alboroté el pelo de mi hermano, Eliot, era menor que yo, pero solamente dos años. Intentó atraparme, pero me escabullí y les di un par de besos a mis padres, que estaban haciendo el desayuno mientras mi hermano comía y se peinaba en la mesa.

Era un poco tonto tener la cuchara en la boca mientras se embadurnaba de gel, pero él lo veía muy normal.

Éramos iguales en el nivel de rareza…

Mis padres tendrían que estar contentos…

Cogí una ración de cereales con chocolate y le vertí leche, me lo comí mientras escuchaba hablar a mis padres y miraba divertida a mi hermano, que intentaba hacer de nuevo su “peinado”, que consistía en ponerse gomina hasta acabar el bote.

Miré el reloj de la pared, 7:27, el tiempo pasaba demasiado rápido, aunque a veces demasiado lento, a decir verdad.

Era una de esas cosas que te enfurecí al pensar en ella, pero yo me lo tomaba como algo divertido.

Era irónico, en realidad.

Me terminé los cereales, agarré mi mochila y me puse mis converse blancas, la verdad, me gustaba ir cómoda y no con tacones de aguja, como la mayoría de las chicas… “pero no soy como la mayoría” me recordé a mí misma, esas máquinas de tortura no me gustaban, eso era todo, aunque al ser una chica, me chiflaban igualmente.

Si digo la verdad, tengo un escuadrón de tacones en mi armario… pero eso no lo sabe cualquiera.

Salí a las 7:45, iba en skate por lo que no sería muy cansado, al fin y al cabo, solo eran unas pocas calles. Cuando vi el instituto fui más rápido, me encantaba gritar “apartaos, skater va”, era una costumbre, supongo, aunque me encantaba ver la expresión de la gente al verme venir, era épico. Lo hice y, desastrosamente, casi me llevo por delante a algunos de primer años, me parece que eran amigos de mi hermano, culpa mía… me iba a matar si los atropellaba un día, amor de hermanos, ya sabéis… son cosas que no se entienden pero están allí.

YouTube Girl |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora