Te amo por accidente ( Jeff y tu)

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Después de dos largas horas sin Jeff, Liu y yo organizamos mi plan de escape. Debía esperar por lo menos unos cuatro meses, quizás así durante ese tiempo me gane la confianza de Jeff.

- Tengo una gran idea. – presté más atención a Liu. – vuélvete la novia real de él.

- ¡¿eso no empeoraría las cosas?! – Liu negó con una sonrisa en sus labios.

- Claro que no, eso sería una ventaja, ya que él se aburre por decirlo de alguna manera, lo que oficialmente es suyo, y por lo que sé ustedes solo tienen sexo. Solo dile que estas perdidamente enamorada de él y que quieres establecer una relación, estaré para apoyarte. Debes habilitar una habitación extra, no querrás tener que dormir en la misma habitación que él.

- ¿no crees que le estamos haciendo mucho daño?- céntrate ______, céntrate.

- ¿quieres ir a casa o no? – asentí. – pues bien, es algo necesario.

Se escucharon los pasos de Jeff en la entrada.

- ________, no traje la mierda que seguía después de la otra mierda que escribiste porque ni yo y la mitad de la tienda entendimos tus garabatos satánicos.

- ¡oh disculpe señor que seguramente escribe con una caligrafía admirable! – me hace enojar tanto

- ¡y vuelve la misma _____ de siempre! ¿Dónde dejaste a la ______ dulce de esta mañana? ¿la asesinaste por el simple hecho de que me gustase más que la psicópata satánica que tengo frente a mí?

- ¡disculpe usted señor decente! ¡no me había dado cuenta de que tenías un corazón dulce y cursi! – esto seguramente va a terminar en sexo.

- ¡¿corazón dulce y cursi?! – soltó una carcajada ruidosa - ¡no me hagas reír flan vencido!

- ¡lechita mala! – excelente insulto Parker.

- ¡pizza simplona!

- Zopenco y...y... ¡asqueroso....Emmm....pistacho vacío! – creo que soy tan creativa que posiblemente haré un diccionario de insultos en Wattpad.

- ¡eres demasiado creativa Parker!

- ¡muchas gracias Woods! – Liu se volvió hacia nosotros y rodó los ojos. Gruñí y subí las escaleras. - ¡y Woods! – grité. Ambos se volvieron y tapé mi boca para evitar reír. – b-bueno, Liu muchas gracias por hablar conmigo hoy – sonreí – y tu Woods, mete lo que sea que hayas traído frio en el refrigerador, ¡yo me iré a hibernar y no verte jamás!

Jeff

Liu se fue ma so menos unos diez minutos después de burlarse de mí. Maldito mocoso de mierda.

Ahora que lo pienso, se está comportando como un mocoso en presencia de ______. Pinche rarito.

- ¡_______! – grité. Pero no escuché algún reproche o un grito más estruendoso. - ¡¿te suicidaste?! – no escuché nada. Subí las escaleras, entré a mi habitación y ella estaba dormida, profundamente dormida.

- Jeff – murmuró. Me acerqué. Debe estar soñando conmigo – espero que te partan el culo- ¿Qué clase de mierdas sueña esta mujer?

- Oye – murmuré para no despertarla... ¿desde cuándo me interesa no despertarla? – oye – seguí murmurando. - ¡oye! – ella se levantó ridículamente exaltada y me golpeo mi preciosa nariz.

- ¡puta madre Jeff! - ______ se bajó de la cama lentamente y fue a auxiliarme.

- ¡¿estás loca o que mierdas?! – se paró frente a mí y se colocó las manos en sus caderas.

- ¡¿Cómo quieres que reaccione si me despiertas a gritos Woods?! ¡eres único!

- Gracias – mi nariz comenzó a sangrar.

- Iré por unos tampones - ¿unos qué?

- Y eso es...

Suspiró, rebuscó en su maleta y sacó unos objetos de una forma extraña.

- Estos son tampones digitales, absorberán la pequeña hemorragia nasal. – retrocedí apenas se acercó con esa mierda a mi perfecta nariz.

- E-e-e-eso se me va a ir al cerebro y me puede causar algún daño.

- Jeff, Jeff, Jeff...dudo que logré ir hasta allá, además, no hay de qué preocuparse, tu materia gris se extinguió hace milenios – fruncí el ceño y ella aprovechó para introducir las armas demoniacas en mis orificios nasales.

- ¡Maddición! - ella sofocó una carcajada y se levantó, pero perdió el equilibrio y cayó encima mío.

Sus ojos estaban abiertos y nuestras entrepiernas muy juntas. Mierda.

- Y-yo...me voy a...

- Quédate así unn rato – murmuré con dificultad. El pantalón estaba estrangulando a mi amigo y es a uno de los únicos que no quiero ver morir.

- J-Jeff tengo que... – se movió suavemente para poder levantarse, pero eso no me ayuda mucho.

- N-no...te muevas – rogué. Mierda esto me está matando. Hice que sus caderas presionasen sobre mi pene y eso no logró aliviar mucho... pero si lo suficiente. – creo que ya te puedes ir.- ella sonrió.

- Creo que no.

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