|KinderGarden| Sebastián Villalobos.

Capítulo diesiocho: Make love.

Baje mi cabeza, sintiéndome culpable.. lo estoy presionando.
Quizás el no quiere hacerlo..
Mi mente da vueltas a mil pensamientos por segundo y todos ellos son realmente absurdos, pero no soy un ser pensante en el momento en que mi novio me rechaza apunto de hacer el amor.

-¿_____?

Él no iba a obtener mi respuesta, mi cabeza estaba agacha mientras que mi corazón y mi mente competían por quien lograba hacerme sentir peor.

-¡Amor! mírame-levanté la cabeza ligeramente-.

-Sebastián, no quiero presionarte.. si no quieres sólo dime, si no quieres que estemos más juntos..

-¡Amor!

-Yo te sigo amando..

-¡____!

-Pero de verdad necesito tener..-no pude terminar de hablar cuando me plantó el beso en los labios, suave, tierno y con un ligero toque pasional-.

-No vuelvas a decir algo como eso, promételo.

Sólo lo observe, y me dió otro corto beso.

-Promételo.

-Lo prometo-dicho esto decidí yo darle un beso-.

Poco a poco todo comenzó a tornarse un poco más pasional, el ambiente se llenaba de deseo pero siempre teníamos esa sensación de amor entre nuestros cuerpos.
Sólo estaba en boxers, me besaba los senos y sin darme cuenta subi mi pelvis y roce mi parte sensorial desnuda con su dura erección cubierta por un boxer, jadeó.

-Como te deseo bebe-dijo mientras lamía el lóbulo de mi oreja-.

Jadee.
Besaba su cuello y el estaba jadeando y rozándome, lo cual me hacía sentir una exaltación tremenda, aparte de lo excitada que estaba ya.
Baje mi mano lentamente hasta tocar su miembro por encima de su ropa interior, movía mi mano de arriba a abajo mientras sentía como se endurecía cada vez más.
No soy una mujer experta en el sexo, de hecho soy nueva en esto, asique sólo hago las cosas que surgen, o lo típico que he leído en una que otra novela romántica.
Le quite los boxers con mis manos mientras le miraba a los ojos, su respiración estaba bastante agitada y me besó, bajo por mi cuello hasta mi parte íntima, y saco su lengua para lamerme.
-¡Dios!
Mi excitación era demasiada, que placentero.
Masajeaba mí clítoris con su lengua y oh dios mío.
-¿Te gusta, amor?
Trate de responder pero de mi garganta hacía afuera sólo salían jadeos.
-Oh Dios mío Sebastián, ya hazlo.

-¿Qué quieres ____?

-Te quiero dentro de mi.

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BUEEE VAMOS A DEJARLAS EN DUDA<3
bai bai bai
las amo, no me odien.