Pumpkin Pie♡

Capítulo 1

Caminando por las calles de Santa Clara como usualmente era mi costumbre desde que comencé la universidad, me dirigía hacia aquel parque tan cálido como las mismas calles, en el que me sentaba a disfrutar del viento y la hermosa paz que se podía percibir, iba perdido en mis propios pensamientos pero sentía como si estuviera pasando algo por alto, entonces cuando estaba a punto de cruzar la calle para dirigirme hacia el parque Washington de aquel pequeño lugar de Santa Clara a donde me había mudado desde que comencé la universidad hace 2 años, recordé que había olvidado comprar mi también ya usual café americano.

Era el final del verano de 1994 pero ya se podía respirar el otoño, regrese a la cafetería de la calle Washington, entre tranquilamente y me forme en la fila de la caja, cuando finalmente fue mi turno Wyatt tomo mi orden, ella era mi compañera en la clase de Historia de las Artes, podría decir que ella es mi mejor amiga, nos conocimos el primer día que comenzamos la universidad, estábamos casi en las mismas clases juntos, por que ella estudia Arte Visual y yo Arte y Diseño  muchos pensarían que es lo mismo pero hay grandes diferencias entre una carrera y otra, en fin, podía destacar que Wyatt era tan peculiar como yo o al menos así es como yo lo veía, recogí mi café al final de barra y me despedí de Wyatt, ella sabía que yo no era del tipo de chico que hablara mucho o que se expresará, ella conocía que yo expresaba mis sentimientos a través de la creación, la creación de una pintura, de una escultura, de una canción, lo que fuera eso una...creación, salí directo de la cafetería hacia el parque de la calle Washington, mi parque favorito desde que había llegado a Santa Clara, podía sentarme en esas bancas y observar las hojas caer por horas, solía traer mi SketchBook y capturar la hermosa vista colorida del parque, además cabía destacar que cada estación del año el parque se tornaba de diferentes colores,en primavera, brotaban las flores y las pequeñas plantas retoñaban, en verano era de tonalidades verdes, amarillas y muy colorido, en otoño, las hojas de los árboles se tornaban a tonalidades anaranjadas y café, y finalmente en invierno podían observarse colores más fríos y obscuros, seguí caminando y fui a sentarme en la primera banca que vi desocupada, estaba tomando mi café americano, pensando en los próximas clases que tendría y en los proyectos que tenía que entregar, me deje llevar por la sensación de paz y sólo me quede ahí respirando el aire fresco.

Y entonces alguien pregunto con la voz más dulce que alguna vez había escuchado.

–¿Esta ocupado este asiento?

Dirigí mi mirada hacia la dueña de aquella voz, era una chica entre rubia y castaña, con una mirada realmente amigable, sosteniendo una pequeña caja de comida supongo, ella esperaba por mi respuesta.

– No, siéntete libre de sentarte.– conteste algo irritado por que había interrumpido mi ensoñacion.

Trate de volver a concentrarme en mis pensamientos, y en el paisaje, tratando de pensar en los colores y en los detalles de el parque, pero no pude, ella seguía ahí sentada comiendo su pie de calabaza, el cual olía demasiado dulce, podía percibirlo en el aire y a mi personalmente me gustaban las cosas amargas por eso tomaba mi café sin azúcar, y además de todo me gustaba estar sólo, pero mi duda en ese momento era ¿por que de todas las bancas de este parque, ella se sentó justo en la misma que yo? justamente a lo lejos vi algunas bancas solas.

Entonces estaba decidido a irme ya que no había podido seguir con mis reflexiones personales, cuando aquella pequeña y dulce vocesita que había irrumpido mi tiempo de relajación volvió a aparecer.

–¿Quieres un poco?– pregunto, ofreciéndome de su pie de calabaza.

–No Gracias, ya me voy. – conteste cortante.

Ella se quedo ahí mirándome con sus grandes ojos como si acabara de regañarla, aún ofreciéndome de su pie, incluso aúnque hubiera llegado a interrumpir mi meditación había algo en ella que me agradaba, y no pude evitar sentir un pequeño remordimiento, la mire durante unos segundos. Y después simplemente dije.–Adiós.– y le regale una sonrisa.