El psicólogo

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Uno de los recuerdos más claros que tengo de Blackfield sucedió cuando tenía dieciséis años, me faltaban tan solo dos años para salir, y según la información que Markus había recaudado, cuando yo fuera mayor de edad podría llevarle conmigo. En realidad no podía imaginar estar en el exterior sin Markus, ese no era mi sueño, era nuestro y no podría hacerlo sin él.

El catorce de enero algo inaudito sucedió en Blackfield, un psicólogo. Entre los niños seleccionados para tratar con él estaba yo, debido a que según la institución yo era un problema para ellos. Los niños entraban y salían de la oficina en la que se había instalado, casi todos salían de ella con una cara de indiferencia total, aunque muchas veces se veía bastante fingida. Cuando llegó mi turno, el niño que fue antes de mi me llamó por mi nombre y dijo que pasara. El psicólogo tenía cara de pocos amigos, me senté en la silla que estaba instalada en frente de él sin saber en realidad que hacer. Dirigió sus ojos hacia mi y cruzó las piernas, el ambiente era bastante tenso y con el rostro serio se le marcaba aún más la pronunciada papada.

- Nombre- dijo sacando un block de notas

- Agatha Fitz

- Agatha...- escribió el nombre en el block- Fitz... ¿Edad?

- ¿Es realmente importante?- me miró a través de sus gruesos anteojos alzando las cejas

- No en realidad- cerró el block de notas y suspiró- Veamos ¿Cómo llegaste aquí?

- ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Se la pregunta a todos sus pacientes?- El psicólogo rió ruidosamente

- Si, se lo pregunto a todos, dicen que hablarlo ayuda a superarlo

- Claro- Cerré los ojos y solté un suspiro, nunca lo había hablado con nadie, ni siquiera Markus y yo tocábamos el tema, mas que nada por prudencia- Llegué aquí hace cuatro años, Markus y yo estábamos en la escuela y nos mandaron a llamar a ambos a la oficina directiva. En la oficina estaban dos agentes de la PCDM junto con la directora y dos de nuestras maestras, ninguno de los dos sabíamos el motivo y nos mirábamos desconcertados, cuando un de los agentes empezó a hablar dijo que- hice una pausa, no quería recordarlo, pero en realidad tenía ganas de contarlo- dijo que nuestros padres estaban calificados como criminales y por lo tanto eran considerados como peligrosos, dijo que habían sido detenidos por el delito 110 del artículo 2 de Delitos Mayores. Esas fuero as palabras exactas.

- ¿Tus padres eran homosexuales?

- Fueron detenidos por algo que ni siquiera debería ser considerado un delito, ¿Por qué si el amor no lo es, a homosexualidad si? ¿Cuál es la diferencia entre un amor heterosexual y ...

- No es apropiado que una jovencita piense en esas cosas, son tonterías ¡Eso es - me levanté rápidamente, estaba furiosa

- ¿Sabe? ¡Por gente como usted perdí a mis padres! ¡Perdí todo por ustedes y su maldita intolerancia!

- Creo que es hora de que le hables a tu siguiente compañero

Escribió unas hojas en su block, la arrancó y me la dio, yo se la arrebaté ¿Cómo pudo tratarme así? Al salir guardé la hoja en mi bolsillo, me dirigí al siguiente y le dije que era el siguiente en pasar. Patee la pared de la sala de la sala de espera y corrí hasta el dormitorio de chicas y me recosté en mi cama, enterré mi rostro en la almohada y lloré, desde la desaparición de mis padres no había llorado, ni siquiera cuando tenía un buen motivo, no me lo había permitido más que nada por Markus. Tenía que ser fuerte para él.

Sin embargo en ese momento no me importó, las chicas entraron al dormitorio, sin embargo siguieron riéndose de sus chistes sin siquiera voltear a ver, nadie fue a consolarme ese día. Me quedé dormida y cuando desperté ya había pasado la hora de la cena y todo estaba a oscuras. Nunca hubiera imaginado que en tan solo dos días mi mundo volvería a dar un vuelta completa de nuevo, no tenía idea de lo que estaba a punto de ocurrir... 


The blackfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora