02/06/16Días y días viniendo con visibles moratones en su cuerpo que tardaban meses en salir.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas a ese asunto cada vez que la veía con alguna nueva marca.
¿Acaso era tan torpe y se caía siempre? Nadie puede lastimarse todos los fines de semana.
¿Sus padres la golpeaban? Ella siempre es muy tierna a la hora de hablar de sus padres, los ama.
¿Alguien la trataba mal? ¿Quién podría agredir o causar algún daño a la persona más dulce y hermosa?
Todas esas teorías se fueron desvaneciendo en cuestión de días.
En cuestión de tardes compartidas.
En cuestión de varias tazas de café juntos.
En cuestión de respiraciones entremezcladas.
Todo vino a su tiempo.
Todo tuvo una explicación.
A su padre le encanta el motocross.
Le enseñó a manejar motos a los ocho años.
Ella participa en carreras desde los diez.
Todos los domingos van juntos a las sierras a practicar y a divertirse un rato.
Y ella vuelve cansada y adolorida, bastante golpeada por la moto y el barro.
Y su madre se enoja con ella por no cuidarse.
Y ella se entristece porque cree que su cuerpo queda arruinado por las marcas de color violeta.
Luego se queja de lo horrible que quedan.
Y yo solo le digo que todo en ella es hermoso, sea lo que sea.
Ella me sonríe.
Y luego, así porque sí, me besa.