En busca de mi mejor amigo [chilensis]

Capítulo 2.

Una vez fuera de la casa salí por inercia a donde iría mi amado Blacky, a una plaza, estaba corriendo, prácticamente, estaba muy exhausta por mi entrenamiento ya no daba más. Empecé a recorrer todas las plazas que conocía cerca de casa, mi teléfono no dejaba de sonar, no estaba ni ahí, que siguiera sonando.
Hacía mucho frío, en una de esas mi cuerpo cálido siente que caen gotas, una lluvia se aproximaba y me aterraba saber que mi perro, mi mejor amigo iba a estar todo mojado, con hambre, con frío y sed. Que no iba a dormir conmigo esta noche, no iba a tener quien me calentara los pies, no iba a tener una lengua en mi cara cuando despertara, no iba a haber nadie que me despertara.

Era tarde y estaba toda mojada, pero eso no me importaba, quería encontrar a Blacky, sin el no era nada, mi mundo se fue a bajo sin su presencia.
Minutos más tarde mientras caminaba para regresar a casa entremedio de unos juegos veo una colita idéntica a la de Blacky, negra con plomo y blanco, la reconocería en cualquier lugar, así que decidí gritar lo más fuerte posible
"BLACKY!!!!!!"
La lluvia fría corría por mi cara esperando a que viniera corriendo y se colocara en dos patas.
Decidida a volver a casa escucho un lloriqueo igual al de mi bebé, así que me doy media vuelta, cuando veo una camioneta negra estaba justo donde estaba yo hace unos minutos atrás y voy corriendo hacia la camioneta cuando veo que un hombre flaco, alto y asquerosamente viejo, eso era lo de menos. Miro detenidamente y tenía algo en los brazos era chico y de color oscuro, camino lentamente y miro con cautela y POR DIOS! ES MI BLACKY! MI PERRO LO TENÍA UN EXTRAÑO!
Me resigno a correr con todas mis fuerzas para alcanzar a ese ladrón! No me quedaría tranquila ese perro es mío, me pertenece a mi! El viejo se da cuenta que corría por mi adoración, así que subió rápido a la camioneta y la camioneta avanzó. Seguí corriendo detrás de la camioneta unos minutos más pero el que la conducía de dio cuenta y aceleró.