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¡DISCULPEN LA TARDANZA!

Antes de ayer fui a fitness y...
Ay Dios me ayude ;-;

Estoy re dura, mis piernas, mis brazos... ;-;

¡Cómo sea! Aquí tienen.

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Milo's POV

¿Quién se cree que es? Venir aquí y echarle en cara a Paris todos sus errores pasados. Caminando de la muñeca arrastrando a Paris sintiendo como mi pulso desacelera a medida que dejo de pensar en Paul me hace darme cuenta de que tal vez alejado de él estoy en paz aunque otra parte de mí lo anhela con fuerzas, que me sostenga, que me toque, que me fastidie con sus chistes tontos, que me haga enfadar tontamente, que me bese...

No, no caeré en sus seducciones. Lo que hizo estuvo mal, no debo olvidar aquello. Sin darme cuenta choco contra alguien deteniéndome al instante. Subo la mirada, unos ojos aceitunados me reciben cálidamente con una sonrisa y un libro en mano.

"¿Por qué la cara larga? ¿a quién debo golpear?"

Se burla con aquella sonrisa característica de él, corro la mirada al instante un tanto enfadado y resentido por lo que Paul ha hecho y dicho. ¿Realmente venía a arreglar las cosas? No pareció de esa forma.

"¡A su novio, por favor!"

Salta Paris ya suelta de mi agarre, estuve tan enfocado en insultar a Paul mentalmente que me olvidé que debía responderle a Adam que por cierto retrocede un tanto atontado. Pronto baja su brazo que posaba en su cabeza y lo reposa al costado de su cuerpo, sostiene esa potente y opacada mirada con la mía. Se podría decir que está un tanto afectado aunque no veo porqué... ¿o tal vez sí?

"¿Novio?"

Le tiembla la voz y carraspea al finalizar su pregunta. Se mantiene con aquella misma sonrisa pero sus ojos, hay algo mal con ellos y su libro tiembla al sentir el pulso acelerado de mi profesor.

"Sí, profesor... mi novio"

Se queda parado en la misma postura, con la misma expresión y con los mismos socorros en sus ojos pero pronto cambia su postura, asiente cerrando sus ojos e intercambiamos miradas, cada una con un significado diferente. La mía parecía querer comprender su repentino cambio pero la suya tan llena de... dolor.

"Si me disculpan debo dar una clase"

Su tono es tan cortante, tan afilado que sentí un corte en mi espalda cuando caminó por mi lado sin mirarme siquiera.

Sin sonreirme... pensé.

"¿Qué le pasa a ese chiflado?"

Pregunta con los ojos en blanco al ver tal reacción deprimida. Un tanto decepcionado y con una gran sensación de náuseas en mi estómago tomo la mano de Paris y caminamos a mi habitación. No esperaba que duraramos tan solo treinta minutos arreglados y se desperdicie en un chasquido de dedos. Al llegar a la habitación Malcom se digna a tomar sus pertenencias y largarse no sin antes empujarme con su hombro al pasar por mi lado. ¿Es que todos ahora están enojados conmigo o qué?

"Bienvenida a mi dulce morada"

Ella no se ríe, yo no insisto. Se queda de pie en el umbral, no se digna a mover un pelo en los cinco minutos que ya han pasado.

"¿Estás bien?"

Pregunto con vacilación, ella sigue allí, estática, congelada, martirizada y perdida en sus ideas. Mirada en el suelo, suelas de sus zapatillas demacradas firmes al alfombrado, brazos cruzados y cabello despeinado... ¿cómo podía Paul juzgarla teniendo estas apariencias? ¡Incluso tenía dos granos en su cara!

"Estaba nostálgica"

Se sonríe perdida aún, allí en lo mas lejos de sus recuerdos. La invito a sentarse pero opina que lo mejor es irse por el momento, tiene muchas cosas en las que pensar y no quiere ser entrometida, retuve que no me parecía nada de aquello pero se fue de todas formas. Finalmente llegué a la conclusión de que sería triste estar aquí solitario por lo que tomo mi saco y decido ir al bar de la universidad. Paul odia que beba pero la verdad... Me está importando un comino lo que piense Paul. Llego luego de caminar por diez minutos, la verdad me lo imaginaba muchísimo menos amplio, con luces en el interior y casi nada de iluminación exterior. Me armo de valor, abriendo la puerta de la cantina y me encuentro con muchos adultos de mi edad bailando, charlando, besándose y bebiendo.

El bar se divide en distintas mesas, la mayor parte situada en el lado izquierdo del negocio. La barra ocupa solo una pared, algunas mesas están colocadas justo frente suya y muchos asientos para sentarse junto a la barra y beber despreocupadamente. Opto por la mesa. Al sentarme no me había dado cuenta de lo tenso que me encontraba hasta que me relajé en el asiento pero todo acabó cuando oí su nombre.

"¡Adam, te invito otra!"

"Oh no Carl, la verdad que beber nubla los dolores, no los borra. Con dos cervezas estoy conforme"

"¡Vamos hombre! Suenas como un penoso enamorado"

Giro mi mirada hacia un hombre en la barra, barbudo y con un pañuelo negro cubriéndole las canas que se asoman por sus patillas. Otro en cambio sostenía una billetera apoyando dinero en la barra, dejando consigo un par de sonrisas.

"Efectivamente, creo que me he enamorado"

Mi corazón desacelera sus pulsaciones para retomar de golpe como si padeciera taquicardia. Al voltear hacia la puerta su mirada se choca con la mía y su sonrisa se le resbala de la cara igual que su alegría momentánea. Casi me muerdo la lengua al trabar la mandíbula de forma brusca. Su ceño se frunce, su expresión casi igualando la mía con la única diferencia que yo luzco sorprendido, él mucho más asustado. Se acerca a mi mesa, borra su incredulidad y asoma una sonrisa de su tan atractiva boca... ¿pero qué digo?

"No lo esperaba por aquí Linnus"

Sonaba raro que alguien me llamara por mi apellido, todos los profesores me han llamado siempre por mi nombre. No puedo evitar corregirlo.

"Milo, profesor"

Él asiente con aquella sonrisa, toma asiento esperando que acepte, lo cual hago al instante, y él apoya las manos empuñadas y juntas en la mesa mirándome nuevamente con esos electrizantes pero un tanto oscuros ojos oliva.

"Si quieres que te llame Milo tú llámame Adam"

Hago una mueca y él no pierde la petulancia en su sonrisa, como si estuviese desafiándome. Finalmente logra dar mi brazo a torcer, causando que le devuelva una sonrisa.

"Adam"

Y su sonrisa desaparece nuevamente pero sus ojos, aquellos ojos en los que no veía nada más que vacío lograron brillar por un momento, logré notar la intensa mirada que me dirigía y sus mejillas tornándose de un color rosado. Intento convencerme que es por el alcohol, pero no ha tomado mucho al parecer. Logro hacerlo sonreír y carcajear, acompañándolo en un compás de risas. Cuando la gracia cesó nos miramos por unos segundos, una camarera nos trajo dos vasos de cervezas y ambos tomando los respectivos de cada uno nos sonreímos y llevamos la copa a los labios.

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Realmente perdonen la tardanza, mis chuches :c

¿Les gusta Adam? A mí me gusta Adam... ¡Voten por Adam! (?)

Bien, tengo sueño, los dejo... :*

Sin Señal © [Gay/BL] MA#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora