Cuando elevo la mirada, en aquel cielo que estuvo lleno de estrellas,
Me devuelve la vista solamente un lúgubre vacío que llena de frío mi pecho.
Que todo ha perdido su su luz y su belleza,
Y que me envuelve en un manto helado de incertidumbre.
Donde quedó todo aquello que le daba luz a mis pisadas?
Será que todo siempre es una ilusión hasta que dejamos de creer.
Un eco lejano resuena en mis pensamientos,
Donde todo rastro de razón se ha desvanecido ya.
¿Para qué albergar esperanza si todos los pronósticos están en contra?
Y hasta el ultimo amigo parece que nunca lo fue.
Imposible es tratar de salir de este abismo donde me he sumido,
He perdido la capacidad de sonreír e irónicamente hasta la de llorar.
¿Esto es lo que se llama vida? ¿Esto es el llamado regalo divino?
Si esto fuera un regalo que alguien me diga donde devolverlo,
Porque de divino no tiene nada.
¡Que silencio se ha apoderado de mis horas nocturnas!
Cuan grande me parece el tiempo ahora que he perdido el rumbo.
Es ese desgraciado el que me ha condenado a vivir de esta manera,
O seré yo mismo?, o serán mis actos?, no, el tiempo debe serlo...
Me ha condenado a olvidar los momentos que dieron dicha a mi vida,
Y me recuerda a diario que no hay vacío mas grande, ni tristeza más profunda
Que la de estar consiente de tus propios errores.
Lo mismo que alguien que me abandona sin decir palabra,
Que me abandona en soledad conmigo.
Si le pregunto, ¿a dónde vas, a donde ?
Solo se sonríe y hasta plácidamente sin dejar de ir, quien sabe a donde.
En un grito de angustia vocifero, ¿a dónde quieres que te siga?
Y con risa mustia "tu no eres yo" doliente me responde...
Es hora, es hora ya, soñare con mi infancia, es hora de los niños dormidos,
Mi madre me mecía en su tibio regazo al amor de sus ojos radiantes.
Es hora de volver el tiempo atrás y si no se puede, después de intentarlo no habrá más.